Una niña llamada Lolita, el juego la picardía, la sexualidad. ¿Acaso un violador no sabe que es una niña? ¿Acaso la sociedad no conoce las etapas de una niña hacia su edad adulta? Lolita tenía derecho a comportarse como una niña traviesa, el hombre maduro ya sabía cómo era ella y lo más importante es que él era un hombre. Él tenía desarrollada la conciencia por edad más que Lolita, Lolita estaba en proceso de maduración. El hombre ya sabía que estaba mal su relación con Lolita y sin embargo la tuvo con ella sin medir consecuencias legales ni éticas.
¿Qué decir de la liberada Emmanuelle? Una mujer que no es prostituta, una mujer liberada sexualmente que busca experiencias sexuales consciente y de una perspectiva madura. Entonces, ¿cuál es el problema? ¿La libre sexualidad de las mujeres? ¿La actitud de las niñas aún sin madurar? ¿O simplemente la mala acción de un hombre maduro que desea mantener relaciones sexuales sin consentimiento de Lolita o Emmanuelle?
Tal vez no todas las mujeres sean como Lolita y Emmanuelle, tienen otro o el mismo nombre, pero no son la misma persona. De todos modos, la libertad de la sexualidad con respeto no marca patrones inapropiados de conducta. El respeto debe ser mutuo.