Es saludable acordar

Creo que es importante y empeñarse en trabajar por el concierto en la vida política y económica, como pensar en la próxima generación. No es posible la vulgaridad en la vida sociopolítica: es fundamental trabajar digna, diligente y eficazmente para la generación presente y futura. Necesitamos gobernantes desde el realismo político, con talante dialogante y no insultante, gente que desde la honradez y no la corrupción sirven a la sociedad y no se sirven a sí mismos. No es lo más importante buscar soluciones para los conflictos; hay que buscar soluciones para que no empiecen los conflictos. Alguno puede pensar que uno puede caer en el “buenismo”. No es eso lo que quiero decir. Una palabra agria, insultante al amigo, a la esposa, es la primera chispa de un conflicto que puede acabar en tragedia. La primera chispa se llamó falta de respeto, intolerancia o “pasarse”. Hay que evitar esa primera chispa: saber escuchar, saber hablar, saber respetar, saber callar. Y trasladándome a la vida de la política, algunas estampas de nuestros políticos en el Congreso y en el Senado son hirientes y nada ejemplares. Hay momentos en que pienso que los principales líderes políticos estén siempre a la gresca, siempre enfadados no es, desde luego, un buen ejemplo. Reconozco que en la vida no todo es blanco o negro. La vida tiene bastante más colorido. Yo valoro a los políticos. Creo que hay gente buena en nuestra clase política, gente que no vuelve la espalda a la realidad y trabajan por eliminar la pobreza, procurar vivienda y trabajo para todos, mejorar la sanidad pública, suprimir impuestos a los desfavorecidos, facilitar el acceso a la cultura a todos, utilizar energías limpias, dar prioridad a los más empobrecidos, cultivar y potenciar la idiosincrasia vasca desde el acuerdo y el derecho a decidir.