Saborear la vida

Un amigo hostelero me decía que la vida es como un vino precioso, que hay que saborearla poco a poco, y si se traga como si fuera agua es cuando pierde su encanto. La clave es actuar con respeto y agradecimiento a la madre naturaleza: ecología integral. Si actuamos sin sensatez, movidos simplemente por el afán desmesurado de ganar dinero fácil y rápido, nuestro mundo no tiene futuro, sino simplemente presente, que pronto se convertirá en un pasado negro y vergonzoso. No hipotequemos gravemente la vida de las próximas generaciones. Nuestra bella tierra solamente puede tener futuro si la sabemos administrar con responsabilidad y solidaridad. No hay derecho a que los beneficios los consigamos hoy y los gestos tengan que pagarlos las generaciones que vendrán después. La ecología no es una moda ni un puro folclore, sino una práctica eficiente de cuidado de la naturaleza. Y apreciar la naturaleza significa creer en la dignidad de la persona y salir siempre en defensa de sus derechos fundamentales. Qué gran verdad que la vida es como un vino precioso, que debemos degustar sorbo a sorbo y no tragarnos de un golpe la vida como si fuera agua.