El aceite de oliva virgen y el que etiquetan como 0,4, que es el que suelo tomar, está en mi centro comercial en casi todas las marcas a unos 60 céntimos de euro de diferencia cuando antes el primero casi doblaba al segundo. Habrá que pensar que la demanda del virgen ha bajado y la del 0,4 ha subido, estando el precio casi similar, aunque el gusto sea distinto. Por lo visto, a la gente ahora ya no le importa el sabor.