Hace dos años se iniciaron en Deba los trámites para la construcción de 38 viviendas tasadas, una oportunidad única para los jóvenes del pueblo, como mi sobrina, que vieron la única oportunidad para poder acceder a un piso, teniendo en cuenta los precios de venta y alquiler que se mueven en las casas de los pueblos costeros. Esta pasada semana, tras meses de espera y desesperanza, se han publicado las listas de admitidos y excluidos, pero no porque el proceso siga una ruta establecida en la construcción de las viviendas, sino por dos motivos ajenos a ello. El primero, que el partido que gobierna y uno de la oposición han acordado hacerlo a cambio de permitir aprobar los presupuestos, y el segundo, que en dos meses hay elecciones. La publicación de las listas ha dado esperanzas a los admitidos, pero nada más lejos de la realidad, los precios de venta de las viviendas fijados por el Ayuntamiento hacen imposible su construcción, dado que serían inasumibles para cualquier empresa constructora. Sería ético que el Ayuntamiento lo aclarara y no especulara con las ilusiones de la gente, que tienen puestas en esos pisos sus esperanzas.
