Los carnavales de Tolosa iban por buen camino y con un ambiente festivo y positivo, pero en la noche del domingo de Carnaval dichas fiestas han sido salpicadas por denuncias y hasta de una violación a una joven de 18 años. Es una cruel y vergonzosa realidad que también ocurre en otros puntos de la geografía y la penúltima en Barakaldo. Como siempre quedan muchas víctimas en el camino. Es una realidad que se llama machismo y necesita de una condena total y de manera particular cualquier hecho de violación. Afortunadamente las concentraciones y las denuncias públicas van teniendo más eco social. Son necesarias. Vamos pasando de la conciencia individual y oculta a una conciencia colectiva de condena de estos hechos deleznables. Es importante no perder la esperanza. No podemos dar por válidas estas acciones injustas, ofensivas, groseras y hasta asesinas. Tendremos que seguir con la educación para la igualdad y en la insistencia de la barbarie de la violencia contra las mujeres. Es cierto que las cosas están cambiando, que muchísimos hombres ponemos voluntad para no ser como aquellos antecesores, pero aún queda mucho por hacer.