Ikurriña
La ikurriña, desde el sentir de Navarra, la entiendo como emblema de sentimientos personales compartidos, como símbolo de fuerzas sociales aglutinantes. Este símbolo se encuentra, además, en los balcones de ayuntamientos de Iparralde, y es reflejo de la tradición e historia de esta región europea que se extiende desde nuestro sur pirenaico a Aquitania uniendo ambos lados de la muga. Un símbolo que forma parte de la singularidad de estos ayuntamientos a la vez que mantiene viva la existencia de un pueblo, el nuestro, el vasco. Puede haber una muga que nos sitúe políticamente en distintos estados, podemos encontrarnos actualmente en autonomías institucionalmente diferenciadas, pero detrás de estas coyunturas sigue existiendo la realidad de nuestro pueblo. Creo que su razón de ser sigue asentándose, día a día, en nuestra apuesta de futuro sobre los factores de prosperidad material: ciencia, trabajo y ahorro, que siempre nos han caracterizado. Y unida a ésta, toda la energía de cultura y tradición heredada de nuestro pasado, que alienta nuestra voluntad. Sobre esta base conjunta se vislumbra nuestra presencia como pueblo en estas décadas desafiantes que tenemos ante nosotros.