Alma de cocinera

Soy seguidora de Master Chef porque se ve la ilusión de tanta gente que quiere cumplir un sueño en su vida.

Veo dos cosas que pueden dar más altura profesional al programa: por un lado, diferenciar la crítica constructiva de la falta de respeto. Los jueces, en algunas ocasiones, pueden tratar a los participantes con demasiada dureza, y así, sus palabras carecen de sentido porque no respetan la dignidad personal. Solo se puede exigir a una persona desde el respeto que se merece.

Respecto a los concursantes, tienen que tener una mejor actitud de escucha porque están para aprender. Los buenos platos salen con el conjunto del trabajo de un buen equipo, todas las personas suman.

Valoro unas palabras de ánimo que Eva le dio a Elena al dejar el programa: “Eres de las pocas personas que he visto moverse con alma de cocinera en este plató”.