Hablamos del puerta a puerta (PaP) y el quinto contenedor, pero es hora de que avancemos un poco más en los conceptos y las definiciones. Tras analizar el paso dado en Usurbil en la gestión de los residuos, ¿cómo podemos explicar en pocas palabras lo que se ha decidido allí? Decir que Usurbil ha optado por el PaP frente al quinto contenedor no explica lo suficiente. Porque no se trata sólo de sistemas de recogida y de recipientes, se trata de mucho más.

De hecho, el famoso quinto contenedor ni siquiera es el quinto: si contamos que hay otro para ropa usada sería el sexto, contando que los jueves nos visita la furgoneta que recoge aceite y otros productos, sería el séptimo. No es eso: sea quinto, sexto o vigésimo, la clave reside en que haya unos contenedores y los ciudadanos usen libremente de ellos, sin límites. Los resultados de este sistema los conocemos, los vivimos cada día, un desastre. Nos abocan a la incineradora.

Quienes ahora reivindican el quinto contenedor para frenar el PaP en realidad reivindican que el separar los residuos en casa sea opcional, voluntario. "Si quiero uso el quinto contenedor y si no quiero no". "Cuando me viene bien lo hago, pero si tengo prisa, o llueve, pues hoy todo va al container verde". Lo cual es lo mismo que pedir libertad de contaminar.

Hoy los talleres mecánicos recogen su aceite, la industria papelera no puede contaminar el río, los ciudadanos no pueden orinar en el portal del vecino ni arrojar el agua sucia por la ventana... Ejemplos hay un millón. ¿Nos imaginamos que a una papelera en el 2010 le pidieran que por favor intente no contaminar el río? ¿O que se recogieran firmas pidiendo que no se prohíba echar la basura al río o dejarla en el monte? ¿O libertad total de fumar donde se quiera?

Todos estamos evolucionando. Hoy ya no es posible fumar en el puesto de trabajo, porque es malo para nosotros y sobre todo perjudicamos al vecino, está demostrado que fumar puede matar. Ha tardado años en llegar la decisión, pero hemos avanzado.

Ahora en Hernani el Ayuntamiento ha decidido que separar las basuras en casa sea obligatorio. Y ha propuesto para ello un sistema fácil, probado en muchos sitios, contrastado y muy eficaz. Quienes se quejan de que es una imposición, deben explicar que ellos prefieren la libertad de contaminar, contaminarse a sí mismos pero también a todos los que separan y reciclan.