El retorno de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos ha provocado un terremoto mundial con sus aranceles, pero también ha puesto patas arriba su propio país, con deportaciones, leyes polémicas y prohibiciones atacando a minorías no tan minoritarias como los inmigrantes, los hispanos, el colectivo LGTBI y, dentro de él, la comunidad trans, entre otras.

Prohibida la bandera arcoíris

Una de esas nuevas leyes, la HB 77, prohíbe desde este miércoles ondear banderas no oficiales en edificios gubernamentales y públicos, incluyendo los colegios. Y entre las no oficiales se encuentra la bandera arcoíris que representa al colectivo LGTBI, que por tanto ya no puede lucir en ninguna institución.

Pero un día antes de que se convirtiera en ley ese proyecto en Utah, la alcaldesa de Salt Lake City, capital de ese estado, tomó una decisión que lo ha cambiado todo. Hecha la ley, hecha la trampa, habría pensado la demócrata Erin Mendenhall, que ha conseguido sortear ese veto adoptando una medida para legalizar esa bandera. Si ahora sólo pueden ondear las oficiales, ha convertido en oficiales tres banderas, que se unen a la tradicional de la ciudad, mitad azul y mitad blanca con un lirio como símbolo.

La 'trampa' de la alcaldesa

Así, el martes la alcaldesa presentó a los miembros del Consistorio tres nuevos diseños de banderas de la ciudad: la de la “pertenencia”, que representa a los residentes LGTBQIA de la ciudad y la aceptación más amplia de esta comunidad; la de la “visibilidad”, que representa a los residentes transexuales y el compromiso de ver y celebrar sus vidas; y la de la “celebración”, que representa la historia del Día de la Emancipación de esclavos y de los residentes afroamericanos. Todas ellas incorporan el lirio de la bandera original de Salt Lake City.

El Ayuntamiento adoptó las tres nuevas banderas mediante una ordenanza, con lo que ya son oficiales y tienen todo el derecho de ondear sin incumplir la nueva ley de la Administración Trump. “Los símbolos pueden representar nuestros valores y unirnos. He tenido innumerables habitantes de Utah que me han dicho por qué eligieron hacer de Salt Lake City su hogar: porque son libres de vivir vidas auténticas, honestas y respetadas, incluso a pesar de nuestras diferencias", explicó Mendenhall el martes tras salir adelante su propuesta.

Ahora, pese a las críticas que ha recibido por parte de algunos senadores republicanos, la alcaldesa espera que los vecinos de su ciudad "miren hacia una bandera que ondea en el Ayuntamiento y sepan que su ciudad valora con orgullo la diversidad, la equidad y la inclusión, que su ciudad valora a todos".