Síguenos en redes sociales:

La Liga Asobal, ante el riesgo de quedarse sin plaza extra en la Champions

Algunos pabellones obsoletos o las escasas asistencias en otros penalizan a los clubes punteros de la Liga ante una EHF que no rebajará criterios

La Liga Asobal, ante el riesgo de quedarse sin plaza extra en la ChampionsChristopher Neundorf / Efe

La Federación Europea de Balonmano (EHF en sus siglas en inglés) ha anunciado este lunes el reparto de las 24 plazas de la nueva Champions League, que echará a andar la temporada que viene. Lo hará con ampliación de equipos participantes y un cambio de formato, con seis grupos iniciales de cuatro clubes cada uno en lugar de las dos grandes liguillas de ocho equipos como estas últimas temporadas.

Esta apertura en número de equipos pero también geográfica está llamada a favorecer a países como Alemania y Francia, pero también a ligas como la Asobal, que, sin embargo, tiene problemas que pueden pesar ante la EHF.

Diez equipos fijos...

La EHF mantiene la separación por competiciones que hizo años atrás, por lo que cada país obtiene plazas en una competición en función del desempeño de sus clubes en ella en los últimos tres años y no en el conjunto europeo.

En el caso de la Champions, los éxitos recientes del Magdeburgo —los puntos de un país son los del equipo que más lejos haya llegado— llevan a Alemania a liderar la tabla de la Champions, seguida de España. A diferencia de lo que ocurría hasta ahora, no serán 9 sino 10 los países que tienen una plaza fija: a los dos citados, se suman Francia, Dinamarca, Polonia, Hungría, Rumanía, Portugal, Croacia y Noruega.

...y 14 en el aire

Así, quedan por completar otros 14 puestos. Al menos 12 procederán de equipos que se hayan clasificado a la EHF European League. Las principales 10 federaciones del ranking de la Champions tienen opción de pedir hasta dos ascensos cada una. De esas 12 plazas, un máximo de 8 se repartirán entre las principales federaciones.

Con el actual formato era posible un único ascenso por país, cifra que pasa a dos por país. Esta modificación permitirá responder a la demanda de Alemania, que pedía tener al menos tres equipos en la Champions en lugar de uno (más la plaza de mejor país de la EHF European League); y Francia, que contará con PSG, Nantes y Montpellier en la máxima competición en lugar de ver alternar a los dos últimos.

Un segundo criterio repartirá un máximo de cuatro plazas de ascenso entre federaciones que no tienen lugar fijo en la Champions. En esta casuística se hallan Eslovenia (Slovan de Ljubljana, Celje), Macedonia del Norte (Eurofarm Pelister y Vardar) e incluso Suiza, que ha visto cómo la EHF ha rechazado sin excepción la solicitud de entrada del Kadetten los últimos seis años.

En esta categoría entran dos países habituales hasta la invasión de Ucrania, como eran Rusia y Bielorrusia. En el momento indeterminado que vuelvan a ser aceptadas en las competiciones deportivas, todos los agentes deberán resituarse.

¿Equipos de fuera de Europa?

Recapitulamos: con los 10 campeones de otros tantos países más estas 12 plazas (8+4), quedarán dos últimos billetes disponibles. El Comité Ejecutivo se las reserva pensando en casuísticas concretas como que el campeón de la Champions o de la European League no hayan tenido un buen rendimiento en sus ligas, y puedan jugar la máxima competición.

Y la gran pequeña sorpresa que se guarda la EHF es que entre las invitaciones que pueda entregar, "se reserva el derecho de otorgar invitaciones para la participación incluso a clubes no europeos". 

La puerta queda abierta con este anuncio, pero el presidente de la EHF, Michael Wiederer, rebaja su viabilidad próxima en una web que publica la propia Federación en su web: "Esta opción exige un análisis cuidadoso, además de tener que coordinarnos con otras federaciones continentales, las nacionales de los clubes que pudieran entrar y adoptar todas las medidas necesarias con la IHF".

"Cualquier admisión de estas características estaría limitada por la proximidad geográfica y a clubes del más alto nivel", añade Wiederer, que insiste en tener en cuenta "los estándares de calidad". El presidente del balonmano europeo sugiere la figura de la licencia "para asegurar la base de nuestras principales competiciones".

El presidente de la EHF, Michael Wiederer

La Liga Asobal, ante el espejo

Esa apertura de horizontes, empujado entre otras cuestiones por una Alemania quiere un tercer club (y la EHF anuncia que ese número será una línea roja) y la buena posición de la Liga Asobal en las distintas clasificaciones internacionales invitan a pensar en una segunda plaza. A que el Barça puede tener un acompañante de la Liga en los bombos del sorteo de Viena, donde está la sede de la EHF. Pero también hay nubarrones.

La actual EHF maneja dos puntos de equilibrio: instalaciones modernas, sostenibles y que sirvan a los equipos (en lo deportivo pero también en lo social y económico con fanzones, etc.), y por otro lado, que estén lo más llenas posibles durante la competición. De hecho, basta leer con atención el comunicado de la EHF este lunes para encontrar el aviso a navegantes en el noveno párrafo: "For all places fulfilling the minimum criteria according will be mandatory".

Una frase que traducida al español, "resulta obligatorio que todas las plazas cumplan con los criterios mínimos", pone en aprietos a más de un aspirante de la Liga Asobal a esa plaza adicional. Fuentes de la EHF aseguran que los nuevos formatos a corto plazo no traerán una vuelta de tuerca en cuanto a los requisitos, pero tampoco se rebajarán.

En la citada entrevista a Wiederer, la EHF cuestiona al presidente por este punto de manera expresa: "La EHF toma en consideración el pabellón y la asistencia; el mercado televisivo del país correspondiente, los resultados previos de esos clubes en las competiciones de la EHF, si procede, cómo gestionan el producto y las cualidades digitales del club".

Los criterios de la EHF para los ascensos

Con diez plazas asignadas a otros tantos campeones, la nueva Champions repartirá 14 plazas. Al menos 12 de ellas serán para equipos que ya se hayan clasificado a la EHF European League y que deberán cumplir cinco criterios, que la EHF examina en cada solicitud:

  1. El primero de ellos es el pabellón, donde además del número de espectadores, la EHF toma en consideración el espacio de trabajo disponible en la zona de pista, cómo se articula la zona de gradas y su disposición, las facilidades para los medios de comunicación, y las prestaciones para patrocinadores y colaboradores (zonas VIP).
  2. El segundo es la televisión, que concede puntos a cada club aspirante en la medida de sus contratos audiovisuales y la potencialidad del mercado.
  3. El tercer criterio que cita la EHF es el del número de espectadores de las últimas tres temporadas en partidos internacionales, algo que vincula “en relación a la capacidad del pabellón”.
  4. Los resultados de cada club en las competiciones de la EHF también tienen su peso, puesto que “un mejor resultado en las tres temporadas otorga más puntos”.
  5. En un mundo marcado por lo digital, la gestión del producto en dicho ámbito también incide en la deliberación de la EHF, que toma en cuenta “el potencial de marketing de derechos de publicidad, el nivel de organización profesional del club así como el nivel de implementación de los requisitos que exige la EHF las temporadas anteriores”. En cuanto a la gestión de las redes sociales, la EHF atiende a “los esfuerzos del club en las áreas de redes sociales, presencia en línea, activación digital y presentación en los medios. Una buena cooperación con los departamentos con EHF Marketing y una correcta implementación de la normativa (de la EHF) gana más puntos”.


El problema de la asistencia

En el caso de la Champions, el aforo mínimo es de 4.000 asientos con gradas en los cuatro laterales del campo, amén de una zona de pista que permita trabajar a los operarios necesarios en la organización del partido; pero la EHF vela por que las canchas presenten las mejores asistencias posibles.

Y si cruzamos esa realidad con la de los principales equipos de la Liga Asobal descontado el campeón culé, pueden aparecer los problemas. Por un lado, porque los equipos que juegan en instalaciones que cumplen los requisitos que marca la EHF (Granollers con su Palau d’Esports; Logroño con su Palacio de los Deportes; y Ademar, el renombrado pabellón Urbano González Escapa) rara vez alcanzan la media entrada.

En sus tres partidos de la Fase de Grupos de la EHF European League, los vallesanos han llenado 1.115, 1.203 y 670 de los 5.260 asientos del Palau ante Slovan de Ljubljana, Skanderborg-Aarhus y Baia Mare (una media de 996 asistentes; 18,9%); mientras que el Ademar ha reclutado a 1.885, 1.360 y 2.104 espectadores ante Nexe, Partizan y Kadetten en un pabellón para 5.900 espectadores (una media del 30%). 

El problema del pabellón

Los otros dos equipos que a tenor de la evolución de la Liga pueden aspirar a esa segunda plaza afrontan otro problema: el pabellón. Las casas habituales del Bidasoa y del Torrelavega no encajan en los planes de la EHF.

El Ayuntamiento cántabro otorga en su web al pabellón de su titularidad 2.500 asientos, mientras que Artaleku tiene capacidad para 1.943 espectadores. Lejos ambos de los 4.000 que exigen las Regulaciones federativas, que con la nueva Champions no se van a endurecer, pero tampoco a relajar.

El jugador del Irudek Bidasoa Irun Gorka Nieto, durante la vuelta de los cuartos de final de la EHF European League ante MT Melsungen la pasada temporada

¿Cuáles son esas condiciones? Las que la EHF ya ha empleado estos años para decidir entre las peticiones de ascenso a la Champions: el pabellón y los requisitos ya explicados (aprobados en 2020 con un periodo transitorio de cuatro años al que se les aplicó una moratoria por la pandemia), la televisión, número medio de espectadores, resultados en las competiciones EHF, y el trabajo de los clubes en “derechos de publicidad, el nivel de organización profesional del club así como el nivel de implementación de los requisitos que exige la EHF las temporadas anteriores”.

En su solicitud de ascenso de hace dos años, dos factores lastraron al Bidasoa: el pabellón y su andadura reciente europea, que mejoró la pasada temporada al alcanzar al menos unos cuartos de final de la EHF European League, en el que cayó ante Melsungen.

Un reparto más geográfico

La EHF anuncia que con esta reforma, al menos 14 países tendrán representante en la máxima categoría, frente a los 11 actuales: Alemania, Francia, Polonia, Hungría y Dinamarca doblan; más las ligas española, portuguesa, rumana, croata, normacedonia y noruega.

Si no contamos Alemania, que dobla su presencia gracias a ser la mejor federación de la EHF European League —lo que le permite acceder a una plaza extra en Champions—, Francia y Hungría han sido los dos países que han conseguido un segundo club en la Champions año tras año durante las seis ediciones del formato actual. 

Francia, porque además del PSG (que gana la Liga francesa desde el 2015), tiene otros dos equipos de entidad: el Nantes de Kauldi Odriozola y el próximo año también Imanol Garciandia; y el Montpellier, rival del Bidasoa en la próxima Fase Principal de la EHF European League; y el país magiar, porque además del eterno aspirante a la Copa de Europa y casi dictador de la liga nacional, el Veszprém, el Pick Szeged en el que aún milita Garciandia arma proyectos de enjundia.

Una gran mejora para Asobal en EHFEL: todos a la Fase de Grupos

Con la incertidumbre de si será capaz de confirmar la segunda plaza en la Champions, la Liga Asobal sí ha conocido este lunes que mantiene sus tres plazas en la nueva EHF European League (EHFEL). Se trata de las mismas que hoy en día, cuando están destinadas al subcampeón de la Liga Asobal (directo a Fase de Grupos), el campeón de la Copa y el de la Copa de España). La ventaja es que a diferencia de lo que ocurría estas temporadas, quienes se clasifiquen con esas dos últimas plazas no deberán jugar eliminatorias de acceso a los grupos. Este es el gran avance del reparto de plazas anunciado este lunes.

La competición arrancará con ocho grupos de 4 equipos cada uno. La Federación Europea reparte un total de 36 plazas, aunque hasta 12 equipos pueden ser ascendidos a la Champions. Así, quedarían 24 equipos en la segunda competición. Las ocho plazas restantes se repartirán: cinco entre países que hayan ascendido a la Champions (prioridad a países que con el ascenso de un equipo a la Champions no tengan representante en la European League, como puede ocurrir con Polonia y Macedonia del Norte); dos billetes para países que no tienen plaza fija en Champions ni European League; y una plaza final discrecional.

A los nueve campeones de las principales ligas más la décima plaza al mejor país de la EHF European League, hay que sumar seis ascensos: los citados del segundo club francés y húngaro, y otros cuatro. En las últimas cuatro temporadas, Polonia se ha convertido en un fijo de dos billetes con Kielce y Wisla Plock, como Dinamarca con Aalborg y GOG (un año, Fredericia).

Y las dos últimas plazas han apuntado a criterios geográficos: Noruega no ha quedado fuera en seis años (primero con Elverum; después con Kolstad), y los Balcanes, tampoco, tuvieran acceso por ranking (la mayoría de años con Zagreb) o sin él; igual que la Rumanía del Dinamo de Bucarest.

En todo este reparto ha habido un grandísimo damnificado, el Kadetten Schaffhausen, que ha recibido seis negativas consecutivas; y otro perjudicado en menor escala como es el subcampeón portugués, el Sporting entre 2021 y 2024, y ahora el Porto cuando el equipo de los Costa ha pasado a dominar el balonmano portugués.