El Irudek Bidasoa Irun ganó anoche al colista Sanicentro Guadalajara (34-31) en un partido que salió insípido y no dejó cuerpo para celebración (triunfo 400 en Asobal; con el gol 21.000). Dos puntos para cerrar la primera fase de la temporada, casi impecable, y a otra cosa.

Después del Barça en el Palau y el Flensburg en Artaleku, la principal clave de la cita residía en llevar a la pista el discurso de la previa. La Liga es siempre lo más importante en un club como el Bidasoa, pero había que demostrarlo ante el colista. Y no es una cuestión de respetar o no al equipo que está enfrente, sino en amoldarse cuanto antes al nuevo escenario y ponerse el mono de trabajo. Y acertar.

El equipo guipuzcoano no supo hacerlo. Si en defensa hubo fases sólidas, donde Jakub Skrzyniarz se fue al vestuario con seis paradas al descanso y la zaga había recuperado cuatro balones, pero en absoluto en ataque. Y no por los cambios en el equipo (partieron Mujika, Nieto y Mielczarski en una primera línea en la que Tito Díaz o Nevado jugarían por la derecha), sino porque varios lanzamientos fueron con el punto de mira desviado.

Al 0-3 se llegó con dos paradas de Nico García a Cavero y Tuà, portero internacional con las categorías inferiores de la española, y con una pérdida de balón que castigaron Gonzalo Velasco —director de juego en un escenario que conoció la pasada Copa del Rey con Alcobendas (5 goles ante Ademar)— y el tolosarra Haitz Gorostidi por partida doble.

Mal empezaba la feria. Mujika abrió la lata dorada pasado el quinto minuto y el Irudek Bidasoa Irun, incapaz de cumplir el objetivo de imponer su guion desde el arranque, empezó a atemperarse. Tanto que valiéndose de la segunda exclusión de Fekete (la grada pidió la descalificación en la primera), Xavi González puso la primera ventaja de los locales (minuto 18, 8-7).

Y en el minuto 20, Dariel García redondearía el 4-0 de parcial con el 10-7 con un tanto que provocó el tiempo muerto del visitante Juan Carlos Requena.

Reaccionó el combativo Guadalajara, al punto que Skrzyniarz desarticuló el balón de empate a 10 y una nueva estirada de los de Álex Mozas llevó la diferencia a cuatro goles (Nevado marcó el 15-11, el gol 21.000 del Bidasoa en la historia de Asobal) con la que no se llegó al descanso por una falta en ataque final (15-12).

Cambios, sí, pero...

Había anunciado el técnico bidasotarra novedades tanto en la convocatoria como en el reparto de protagonismos y así fue, pero no justifican el devenir del choque. Rodrigo Salinas y Marko Jevtic vieron el choque en la grada y entraron en la lista Iñaki Cavero —que llegaba justo al duelo contra Flensburg— y Piotr Mielczarski, uno de los tres bidasotarras junto a Dariel García y Tito Díaz que se enfrentaba a su exequipo.

Y en la segunda parte, si el arranque se había parecido al choque contra Bada Huesca, la reanudación volvió a traer la versión más fiable del Irudek Bidasoa Irun. Como en otras tardes en las que la vuelta del vestuario sentaba bien a los dorados, en esta ocasión la reanudación le llevó casi sin darse cuenta a rentas manejables de 6 goles al filo del minuto 40 (23-17 y 24-18) ante un rival meritorio pese a colista y que había viajado en el día hasta Irun.

El partido ya estaba en ese punto de romperse. Aun así, la reaparición del guardameta visitante Nico García sostuvo a los morados, que sufrieron la descalificación de Gorostidi, su mejor hombre hasta ese momento.

¿Qué pasó entonces? Un batiburrillo en el que el Irudek Bidasoa Irun salió indemne en cuanto a la victoria (no llegó a entrar en peligro real), pero en el que los alcarreños volvieron a encontrar la puerta de entrada al duelo tras el 32-27 que estableció Esteban Salinas desde los seis metros. Quien quería estaba avisado: esa reacción ya la tuvieron los visitantes la semana pasada en otro partido casi idéntico ante Granollers.

Faltaban cinco minutos para fichar y salir de la oficina, y no parecía que el día pudiera tener más novedades. Y en lo trascendente no las hubo, porque Skrzyniarz ofreció su versión imperial, también con una parada desde los siete metros (con 33-30 a falta de dos minutos y medio). Así igualó las tres paradas casi consecutivas de Nico García que dejaron el marcador final en el 34-31.

Ficha técnica

34 - Irudek Bidasoa Irun (15+19). Skrzyniarz, Cavero (2), Mujika (3), Mielczarski (4), Nieto (4, 2 p.), Tuà (1), Peciña; Maciel, González (5), Furundarena (1), Esteban Salinas (5), Nevado (3), Francisco da Silva, García (3, 1 p.), Valles (1 p.), Díaz (2).

31 - Sanicentro Guadalajara (12+19). García, Velasco (2), Jódar (2), Fekete, Dorado (2), Gorostidi (5), Ganuza (5, 3 p.); Vladic, Jorge Blanco, Joan Blanco (5), Falcón (5, 2 p.), Román, López (1), Simón (3), Mohamed (1).


Parciales. 0-3, 2-4, 5-5, 9-7, 11-9, 15-12; 19-15, 24-18, 26-21, 27-23, 31-27, 34-31.

Árbitros. Hoz Fernández y Riloba Pereda. Por parte bidasotarra, excluyeron a Mujika (12’16), García (21’36), Nieto (36’06) y Peciña (49’24). Por parte visitante, a Fekete (10’58, 16’15), Gorostidi (22’44, 31’06, 43’56), Dorado (32’51) y López (49’24).

Incidencias. Séptima jornadade la Liga Asobal disputado en Artaleku ante 1.674 espectadores. Triunfo número 400 del Bidasoa en Asobal, categoría en la que Mario Nevado marcó el gol 21.000 del club.

Victoria 400

Con la victoria 400 en los 801 partidos bidasotarras en Asobal, el equipo guipuzcoano cierra la primera fase de la temporada, la que arrancó el 30 de agosto contra el ABC de Braga, con 11 puntos de 14 posibles en Liga (dos más que el año pasado a estas alturas), con la eliminatoria contra el Académico de Braga y el triunfo en Rumanía, necesario para creer en pasar de fase.

Una buena base a la que deberá sumar lo que aún tiene por crecer y situarse de esta manera a la altura de las fases buenas de partido que ya ha demostrado. Toca seguir hacia arriba.