El Irudek Bidasoa Irun ante Melsungen: un 'game over' europeo que quiere ser comienzo
Más allá del golpe de la eliminación, la noche europea deja en Artaleku argumentos para la esperanza
Y el monstruo alemán apareció. Necesitó hora y cuarto de eliminatoria para que ese equipo poderoso propio de un videojuego del avisábamos antes de la ida de los cuartos de final compareciera, pero en los 15 minutos siguientes ventiló la partida. Game over europeo en un Artaleku que, pese a la lógica decepción, tributó al terminar una cálida ovación a los suyos. Su andadura esta temporada es más que notable: a un punto del segundo en Liga, en Europa ha caído en cuartos de final como Porto, GOG y Limoges. En Hamburgo habrá otros tres campeones de la Champions (Kiel, Montpellier y Flensburg) y el Melsungen.
No estará el cuarto campeón de Europa que peleaba el billete porque cayó como lo ha hecho en casi todas las eliminatorias contra un equipo alemán, en este caso, líder de la Bundesliga. Varió la forma respecto a eliminaciones contra Tusem Essen, Magdeburgo o Gummersbach, cuando el Bidasoa volvía de Alemania casi desahuciado. Esta vez, aguantar la primera manga con una derrota por la mínima en el Rothenbach Halle disparó la ilusión en muchos.
Pero enfrente había un rival con jugadores de talla continental —aún tiene lesionados a Aaron Mensing, Mohamed Darmoul y Nebojsa Simic—, y que además, quizá ha sido el más y mejor trabajado que ha comparecido en Artaleku en años.
Por esas razones sigue vivo en la lucha por dos títulos: la propia EHF European League y la Bundesliga, pese a enfrentarse a plantillas con nombres más poderosos.
Se dio la vuelta a la ida
A lo largo de una temporada un equipo rara vez está al 100% de su potencial, ni cuando lo alcanza, lo prolonga durante meses. Lesiones, sanciones, características de la cada competición..., los escenarios ideales solo existen sobre el papel. El éxito termina dependiendo del rendimiento que un grupo dé cada momento según las circunstancias. Melsungen ha demostrado ser uno de los mejores equipos en esta faceta.
Lo hace porque ha sabido sobreponerse a una plaga de lesiones, sobre todo, en el play-off de acceso a cuartos contra Gummersbach. La lesión del guardameta Simic antes de que el Irudek Bidasoa Irun visitara Kassel fue un shock, y la actuación del internacional polaco Adam Morawski sorprendió. Para mal.
Tanto que tuvo que entrar un retirado Carsten Lichtlein, que sacó un puñado de balones con el que, no olvidemos, los alemanes esquivaron la derrota. La feria, como demostró la vuelta, iba por otro lado.
Lo que en Kassel fue un Bidasoa que supo contener a un rival condicionado sin los zurdos Kristopans ni Enderleit y una portería casi inexistente, en Irun se convirtió en un rival atacando con ellos dos y un guardameta por encima del 35%. Vuelta al calcetín.
Ya avisó en Alemania el entrenador bidasotarra, Álex Mozas: “Debemos hacer un partido buenísimo, mejor que el de hoy incluso”. No fue así y tras el 8-6, la reacción alemana entrampó a un Bidasoa que fue cayendo con su propia inercia. Si la clave de la vuelta era ver qué equipo tragaría mejor con los malos momentos que le tocaría vivir, la respuesta estaba dada para el descanso.
"En el global han sido mejores"
“En el global de la eliminatoria han sido mejores, y hay que felicitarles”, aseguró el técnico bidasotarra sobre un rival, “el equipo que mejor juega”, que ve favorito a ganar la competición.
“Nosotros tuvimos allí una oportunidad, porque yo creo que acusaron las bajas, obviamente, y apostaron todo al partido de aquí, y les ha salido bien, porque al fin y al cabo es un gran equipo”, señaló Mozas, que consideró claves los 15 minutos aciagos en los que el Bidasoa no acertó en “situaciones claras de lanzamiento, algún 7 metros, tiros en 6 metros, contraataques incluso... Cuando vas fallando cosas claras y ellos no fallan, te vas metiendo en un bucle de ansiedad que no hemos sabido parar”.
Él se atribuyó “la responsabilidad” en esa situación, con los dos tiempos muertos para intentar “cambiar algunas cosas, pero ellos se adaptaban muy bien y rotaban”. La decisión de Roberto García Parrondo de dar entrada de Kristopans fue diferencial, porque junto a Erik Balenciaga, “nos han generado muchos problemas en defensa: a uno hay que salirle y para defender al otro hay que estar juntos”.
“De aquí tenemos que aprender”
“Cuando son tan superiores a ti, solo queda asumir la derrota”, resumió Mozas, que no quiso dar más vueltas a lo obvio, al “regusto amargo”, y puso la mirada en el futuro: “De aquí tenemos que aprender para el año que viene, volver y que no nos vuelva a pasar. Al revés: ser un equipo más fuerte, ver qué hemos hecho mal, y la mentalidad de equipo campeón como tienen ellos, aprenderla e ir a por la siguiente temporada”.
A caballo entre la retrospectiva y la vista adelante, la noche del martes certificó la mejora del equipo desde la primera comparecencia europea de la temporada contra Chrobry Glogow (“la gente se nos echó un poco encima, con razón, porque hicimos un partido muy malo y había muchas dudas”) hasta los cuartos de final, equipo y afición convencidos de un mismo objetivo: “Hemos pensado que podíamos eliminar al Melsungen. Es una presión y un poco sobrevalorar un poco nuestras posibilidades, pero me encanta que se piense así y que la decepción sea que nos ha eliminado al mejor equipo de Alemania”.
“Nosotros queremos llegar a eso y hoy es el mejor entrenamiento posible. Y seguro que ninguno de nosotros nos va a olvidar este partido, y lo vamos a utilizar para ser mejores”, verbalizó el entrenador dorado, que echó mano de la linterna de la historia para recordar cómo “el Bidasoa para ser campeón de Europa la primera vez tuvo que perder un partido parecido a este, con esa diferencia tan grande como perdió”, en referencia a la derrota 22-7 en Essen (11-2 al descanso).
Llamada de Juantxo Villarreal
La víspera del partido, Mozas recibió la llamada de un hombre que estuvo en la aciaga noche de Essen. La del entrenador, Juantxo Villarreal, que había regresado a Gipuzkoa para vivir el partido. Y lo disfrutó desde el mismo recibimiento al equipo, en el que participó. Se saludaron con motivo del Benidorm-Bidasoa de hace 10 días, donde reside Villarreal, y “quedó en privado la conversación”.
“Estuvimos hablando, yo creo que él vio algo ahí que le recordaba a su época, y ayer (por el lunes) me llamó y me dijo que iba a venir, que no pensaba venir, pero que le había entrado un poco el gusanillo después de tanto tiempo, y nos hemos tomado el café”, reconoció Mozas, que recibió “algún consejo” que, bromeó a tenor del resultado final, “no he seguido, pero no a posta. Para mí es un honor que el mejor entrenador de la historia del club se haya reenganchado un poco al equipo y haya tenido el detalle de querer tomar un café conmigo antes del partido, y ayudarme a llevar ese rato previo que lo he pasado muy bien con él, me ha contado muchas anécdotas. Para mí ha sido un honor”.
La juventud se vuelca
La tarde empezó dos horas antes del saque inicial de las 20:45 horas. Las escaleras de acceso al polideportivo desde Luis Mariano se llenaron de decenas seguidores, desde aficionados de toda la vida hasta mucha gente joven que no quiere vivir de la historia, de la historia de sus mayores, sino empezar a vivir su historia con el club. La derrota no empañó un día con muchas implicaciones para el Bidasoa.
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Las 2.000 entradas se habían agotado casi antes del partido de ida en otro grito por un nuevo pabellón pero no fue solo eso: la animación desde el arranque y —esta vez, sí— el color amarillo de las camisetas y bufandas fueron gestos muy reconocidos por el equipo, como señaló Mozas, que quiso agradecer “a la afición, hoy y siempre” su apoyo, pero “especialmente hoy, cuando el partido estaba perdidísimo, y han seguido animando sin parar y nos han ayudado a seguir peleando”.
“Darles las gracias y pedirles perdón porque nos hemos generado a nosotros mismos y a la ciudad una ilusión otra vez con Europa”, añadió, unas competiciones continentales que en la historia del club han reportado “muchos éxitos”.
Día grande también en la zona 3
En el palco también se notó que era un día grande. De costumbre suele estar bien granado entre autoridades públicas, patrocinadores y colaboradores del club, en esta ocasión casi el sector 3 entero, el que se reserva para este tipo de compromisos, quedó repleto, aunque muy lejos de los 1.300-1.400 vip que atiende un club como Limoges. En este punto también, de telón de fondo asoma la comparación con otros rivales europeos.
La principal autoridad del palco junto al presidente bidasotarra, Gurutz Aginagalde, fue la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria, que llegó a Artaleku junto a la consejera del Gobierno Vasco Maria Ubarretxena, acompañadas de ediles jeltzales como el segundo teniente de alcaldesa de Irun, Gorka Álvarez.
Por parte del PSE, asistieron los diputados forales José Ignacio Asensio y Goizane Álvarez —acompañada del nuevo director de Deportes, Roberto Ramajo, en su primer evento público—, así como el viceconsejero de Infraestructuras y Movilidad Sostenible, Miguel Ángel Páez; y la alcaldesa de la ciudad, Cristina Laborda, al frente de corporativos de todo signo.
Fuera de la política, el club recibió un amplio respaldo de sus patrocinadores, con Txus Yeregui de Irudek y Gorka Natxiondo de Moyua a la cabeza, y colaboradores, amén de personalidades del mundo del deporte como el presidente de Asobal, Servando Revuelta, así como los de la Federación Vasca y la Guipuzcoana, Sergio Barcenilla y Arantxa Arzak; y el director de Fútbol de la Real, Roberto Olabe, y el exjugador realista Alberto Górriz, y David Barrufet, exportero internacional y padre del jugador de Melsungen.
¿EHF European League o 'EHF Europa Pokal'?
Fuera del alcance y decisión de los equipos participantes (y los eliminados este martes, entre los que está el Limoges de Jon Azkue junto a GOG y Porto), tras los cuartos de final flotan las reflexiones sobre la competición.
La Federación Europea arrancó la semana anterior a Semana Santa una Conferencia de Competiciones para abordar su futuro. En el caso del segundo trofeo continental, la realidad es tozuda: desde que el Barcelona ganó la antigua Copa EHF al Dinamo de Astrakhan tras apear antes al Altea en semifinales (2002/2003), solo el Pick Szeged en 2014 y el Benfica en 2022 han roto la hegemonía de 18 campeones alemanes.
En esta ocasión, Kiel-Montpellier y Melsungen-Flensburg pugnarán por ganar las semifinales sorteadas ya este miércoles. Tres de los cuatro clubes clasificados, germanos.
Nantes (2), Berlín (2), Göppingen, Magdeburgo, Kiel, Mannheim, Lisboa y Flensburg han precedido desde 2013 a Hamburgo como sedes de la Final Four. El majestuoso Barclaycard Arena de la ciudad hanseática, con capacidad para 15.000 espectadores, repite con la fase final de una competición que no tiene el tirón de la Champions.
Ni siquiera en Alemania: a Melsungen contra el Bidasoa le faltaron 1.300 asientos por llenar en la ida; y Flensburg tuvo otros 1.000 contra GOG y Kiel, casi 4.000 asientos libres ante Limoges.
De once ediciones con Final Four, ocho se han disputado en Alemania y si le sumamos el recuento del palmarés, la EHF European League parece mutada a EHF Europa Pokal.