Una de las salidas más difíciles que nos quedan de aquí a final de temporada”. Así ha definido este jueves el entrenador del Bidasoa, Álex Mozas, el compromiso que el equipo afronta este sábado (19:00 horas) en Cuenca. Pese a los condicionantes físicos que presenta el equipo dorado, el reto es de altura: además de la dificultad que entraña todo partido de Asobal para quien se despiste, más a domicilio, el conjunto guipuzcoano llega a una pista tan poco fértil como el Palau. La cuestión no es que el Bidasoa no sepa lo que es ganar en El Sargal los siete años desde el último ascenso a Asobal, como ha advertido el técnico, más aún: no lo ha hecho desde 1996.

Nos motiva mucho romper otro récord, otra racha como esta”, ha asegurado el preparador este jueves, que en el otro lado de la balanza ha reconocido que el equipo llega “con gente muy tocada, gente cansada, y va a ser un partido muy difícil y estos dos días hasta ahí tenemos que centrarnos en prepararlo muy bien”.

“Llegamos con la dinámica de competir cada tres días, que da mucho a nivel competitivo, pero poder preparar el partido bien es importante”, ha explicado el técnico madrileño, que ha recordado cómo Cuenca, desde su triunfo “muy solvente” el domingo en Benidorm (32-38), “solo está pensando en cómo ganarnos, con el plus de que siempre han ganado las últimas siete veces que han ido allí Bidasoa”. Frente a ello, el Bidasoa recupera miércoles y jueves para preparar el viernes “algunas situaciones” del duelo de El Sargal: “Es una desventaja muy clara, pero no es una excusa, es lo que toca”.

En el “cambio de chip” que se antoja necesario, de la motivación de enfrentarse a equipos en teoría superiores como Limoges y Benfica a otros de la misma Liga, Mozas ha advertido que si en Europa sus rivales son de “presupuestos muy altos y plantillas muy buenas”, en Asobal se enfrentan a “equipos que juegan mucho mejor”: “Huesca es un equipo que es mucho más difícil atacar que Limoges, con todos los respetos a Limoges, obviamente, porque te plantea cosas, te genera más problemas en el juego y Cuenca es igual”.

Defensa y ataque

Mozas ha destacado el valor defensivo del conjunto que dirige Lidio Jiménez, “una defensa de mucho contacto, muy dura, que te dificulta mucho el ataque”, lo que ha considerado “la némesis del juego del Bidasoa de los últimos años”.

“En ataque tienen un juego muy directo, una segunda línea muy buena”, ha añadido Mozas, que ha destacado figuras como el internacional brasileño Rudolph Hackbarth (tercer máximo goleador de la Liga con 101 tantos en 17 partidos), el pivote Álex Pozzer —que puede ser baja este sábado—, un director de juego como Aurélien Tchitombi y balonmanistas “muy versátiles” como Santi Barceló y Fede Pizarro, y lanzadores como Perbela y Dani Neves.

Séptimo clasificado, Cuenca tiene cinco puntos menos que el Bidasoa, que ganó en el duelo de la primera vuelta en Artaleku (28-27) justo antes de arrancar una andadura europea en la que los guipuzcoanos han superado la fase de grupos y garantizado el liderato de la Fase Principal o Main Round antes del trámite del martes en Lisboa ante Benfica.

Otro choque importante el sábado en León (8 de marzo, 20:00 horas), que ha declarado la visita del Bidasoa Día de Ayuda al Club, será el último de un necesario parón para la plantilla amarilla.

Cuenca, de terreno victorioso a aciago

En su Década Dorada, el Bidasoa sumó cinco triunfos en otros tantos años en tierras conquenses desde 1991 (21-27, 16-21, 19-21, 18-29 y 20-26), aunque tras el empate del año de Asobal a las órdenes de Fernando Bolea (28-28), encadena siete derrotas en otros tantos choques. En la primera temporada con Jacobo Cuétara como entrenador la derrota fue por la mínima (29-28), como pasaría dos años después.

Esa fue la última vez que más se acercó al triunfo, en la última jornada de la primera vuelta de la temporada 2018/2019, cuando una victoria le certificaba el pase a la Copa Asobal. Cayó aquel martes y debió esperar al miércoles a lo que hicieran sus rivales para volver a la Copa de la Liga, actual Copa de España, casi 20 años después, a la que regresó al final como cabeza de serie por las derrotas de Granollers y Ademar.

En toda las otras cinco comparecencias contemporáneas, el conjunto guipuzcoano ha caído por diferencias de entre tres goles (el año pasado, 29-26) y siete tantos (30-23, en la 17/18).

"Disfrutando como un joven de 20 años"

Junto a Mozas ha comparecido Rodrigo Salinas, uno de los balonmanistas más destacados de la plantilla guipuzcoana y que ha cerrado filas con el discurso del técnico: para ganar en Cuenca, “nuestro trabajo es hacerlo casi a la perfección para poder ganar en una de las pistas más complicadas”.

El mayor de los hermanos chilenos, clave en los momentos decisivos de las victorias de Huesca y ante Limoges, ha reconocido que lleva acumulada una mezcla de cansancio por el “palizón” del Mundial, e ilusión. Mucha ilusión: “Lo estoy disfrutando como si fuera un joven de 20 años”.

Dosificar esfuerzos es lo último que se le pasa a Salinas por la cabeza: “Hasta que me respete el cuerpo hay que seguir. Esto es la alta competencia, con los riesgos que tiene, pero se toman de buena manera”.

El gran ambiente del vestuario se multiplica con la buena forma del equipo: “El día a día es venir a entrenar con una sonrisa. El grupo siempre ha sido muy bueno en todos los años que he estado, pero creo que este año se ve un cambio más con los buenos resultados positivos que estamos teniendo semana tras semana”.

“Creo que la gente se ve con mucha hambre, con muchas ganas de conseguir algo realmente histórico para este club, que lo estamos haciendo semana tras semana. Clasificar de grupo en Europa primeros, luego meterse en la Main Round primeros, estar arriba en la Liga... Eso te hace venir el lunes a entrenar”, ha redondeado Salinas, que ha confesado que “por muy cansado que estemos, te dan ganas de venir a entrenar con una sonrisa en la cara. Eso se nota. Eso se nota mucho”.