Dinamarca no se ha dejado sorprender y ha ganado su cuarto Mundial consecutivo en una cita en la que Portugal ha confirmado ser una candidata real y en la que el abanico de aspirantes a los mejores puestos es cada vez más amplio.

El abanico se abre

El abanico de selecciones favoritas es cada vez mayor. Este Mundial ha dado un paso en esa dirección: Portugal, Brasil y Egipto se han quedado a las puertas de sorpresas aún mayores que las que han protagonizado. Portugal, la gran revelación del torneo, ha derrotado a Brasil, Noruega, España y Alemania y cierra el torneo en un poco previsto cuarto escalón. Derrotada por los lusos, Brasil castigó a la anfitriona noruega ante sus aficionados haciendo trizas su sueño de coronarse en casa. Un escalón por debajo, Italia volvió a una cita mundialista 25 años después, hizo historia al clasificarse por primera vez a la Main Round y puso en apuros a Alemania durante 30 minutos. Otro gran ejemplo ha sido el de Sudamérica, que por primera vez en su historia contó con la representación de tres países en la Main Round: la citada Brasil, Argentina, y, por primera vez, Chile.

Nombre propio

Llegar y besar el santo. Mathias Gidsel debutó en el Mundial de 2021 con la absoluta de Dinamarca y se ha colgado un metal al cuello en todos los torneos con su país, sea un Mundial, un Europeo o unos Juegos Olímpicos. Con 25 años, se ha convertido en el nombre propio de una Dinamarca que ya es historia del balonmano. Es el jugador más desequilibrante del planeta, y cada partido es un nuevo ejemplo de ello. Además de eso, cuenta con un gen competitivo que le hace no rebajar su nivel en ningún momento del encuentro, sea de la fase de grupos o la gran final. Las estadísticas hablan por sí solas: Gidsel ha terminado por cuarto torneo consecutivo como máximo goleador. Su nivel de eficiencia de cara a la portería rival es envidiable, pero otra de las virtudes del zurdo es que eleva también el nivel de sus compañeros como máximo asistente del Mundial (45 pases), superando al bidasotarra Rodrigo Salinas (41), aunque con tres partidos menos. La plantilla de Dinamarca es muy amplia, pero muchas opciones pasan por el MVP del torneo.

En la orilla

Portugal ha firmado su mejor Mundial pero se ha quedado con la miel en los labios en la jornada de clausura. Los de Paulo Pereira llegaban al último fin de semana después de cerrar un torneo casi perfecto (solo un empate ante Suecia), pero no han podido subirse al tercer escalón del podio al caer por la mínima ante Francia. La calidad de Martim y Kiko Costa o el liderazgo de Salvador Salvador habían maravillado a cualquier amante de este deporte, pero para ponerle la guinda al pastel había que superar a Francia. La experiencia es un grado, y de eso saben mucho los galos. Sin jugar su mejor balonmano, superaron a los lusos, que estrellaron su último lanzamiento ante la cabeza de Bolzinger, una parada que será recordada por muchos. Portugal volvió a casa con los brazos vacíos, pero esta nueva generación liderada por los jugadores del Sporting CP ya ha sembrado sus semillas entre los más grandes. Ha nacido una nueva candidata a tener en cuenta los próximos torneos.