En cuanto se ha acercado al sol, al Bidasoa se le han derretido las alas. El mito de Ícaro explica a las claras lo vivido en el partidazo de Artaleku: el equipo guipuzcoano ha tenido contra las cuerdas al Barça hasta mediada la segunda parte, cuando un parcial de 0-4 ha resuelto el choque a favor del vigente campeón de Liga y Champions (30-36). Por algo lo es.

Un equipo local perfecto en ataque se ha apuntado las primeras ventajas, aunque el escenario que se dibujaba, un frenesí de jugadas y de goles que hace torcer el morro a la cátedra de Artaleku, amante de las buenas defensas, no aventuraba nada bueno. 

Con esa propuesta, el equipo visitante ha querido probar cómo funcionaba el repliegue de los guipuzcoanos, a quienes les ha aplicado varias veces la frustrante receta del contragol. Conscientes de que lo tenían que frenar a toda costa, en el intento de evitar uno de ellos, ha visto una exclusión.

En apenas 18 minutos, Leo Maciel y Jakub Skrzyniarz habían recogido el balón hasta en 14 ocasiones de su portería. Tiempo muerto de Álex Mozas y a recapitular. Sobre todo en una faceta defensiva que con el paso de los minutos ha mejorado de manera sustancial: al Barça le costaba encontrar vías en largos ataques posicionales. 

El técnico irundarra ha seguido sin poder contar con ninguno de los dos centrales, Gorka Nieto y Pedro Pacheco. Ha optado en primer lugar por Eneko Furundarena en la dirección de juego, después a Asier Nieto. La buena noticia, que ha sumado una tercera opción con el recuperado Asier Iribar.

En la otra mitad del campo, el conjunto catalán se enfrentaba la primera prueba de tener que sobrevivir sin el líder Dika Mem. Y no en cualquier cancha: donde la pasada temporada perdió un punto que pudieron ser dos. El equipo de Carlos Ortega, que ha resaltado la coralidad del triunfo, ha comparecido con dos referencias en ataque: Melvyn Richardson, autor de seis goles en la primera mitad hasta que se ha tenido que retirar a ser atendido de una brecha, y Petar Cikusa. El primero ha terminado la noche con 9 tantos y el segundo, con 6.

Si en Aranda de Duero Mozas lamentó las rotaciones como una de las teclas en las que no supo acertar para centrar a un equipo al que le faltaron continuidad y acierto en lanzamiento, la primera parte contra el Barça ha traído el escenario opuesto. Cada balonmanista amarillo que ha entrado ha rayado a gran altura. Como lo exige un campeón de Europa y como pide cada cita de la Liga Asobal.

El Bidasoa se encuentra

El paso de los minutos, con un Barça obligado a tener que alargar sus ofensivas, ha favorecido a los locales, que del 9-14 a falta de 10 minutos para el descanso han reducido la brecha al 15-18. Y más que la diferencia, importaban las sensaciones.

Artaleku, que ha sostenido a los suyos en los momentos desérticos de la primera mitad, ha entrado en ebullición en la reanudación. Al tanto inicial del recuperado Richardson (15-19), el Bidasoa ha respondido con un parcial de 8-5, con tres goles de un estelar Asier Nieto, que amenazaba con poner patas arriba la contienda.

Cavero, que ha rayado a la misma gran altura que el domingo pasado, ha liderado el flanco derecho de un ataque en el que a lo largo del partido han asomado grandes argumentos como el novedoso Theodoros Boskos. En portería, Skrzyniarz, que ha relevado a Maciel al filo del minuto 20 de la primera parte, completaba el ramillete de argumentos para creer en la épica.

Para eso, la premisa era hacer el partido largo, como había pedido Mozas en la previa y logró el Pick Szeged el jueves en Champions pese a que perdía de 9 a falta de 20 minutos.

Mazado de parcial 

La realidad ha sido otra: la exclusión de Jevtic (23-24) ha coincidido con un parcial de 0-2 que pocos segundos después de que la igualdad numérica volviera a la cancha, N’Guessan ha llevado al 23-27. Las alas de Ícaro se derretían cuando más posible parecía agitar el escenario.

Mozas ha solicitado tiempo muerto y el equipo amarillo, de nuevo espoleado por un Artaleku a rebosar, ha respondido como en las grandes ocasiones: del 23-28 se ha pasado al 26-29.

Aun así, ha resultado un ejercicio de goma que ha terminado de teñir el choque de blaugrana al final, cuando la afición guipuzcoana ha despedido a los suyos con una cerrada ovación. Si el empate sobre la bocina del Santiago Manguán no satisfizo a casi nadie por el juego, el ofrecido contra el Barça, que ha logrado su máxima renta al final, sí muestra un camino más halagüeño.

El de este domingo ha sido el primero de los cinco partidos consecutivos que el equipo guipuzcoano jugará en su feudo después de que el Huesca pidiera cambiar el orden de los partidos por las obras de su pista. Un cambio que hoy es ventaja y en la segunda vuelta contratiempo. Cuatro encuentros en los que los amarillos buscarán puntos para tomar su altura de crucero habitual en Liga y debutar en Europa.

Ficha técnica

30 - Bidasoa Irun (15+15). Maciel, Cavero (9, 4 p.), Rodrigo Salinas (1), Furundarena, Asier Nieto (6), Zabala (2), Esteban Salinas (1); Skrzyniarz, Jevtic (1), Gey-Emparan, Mujika (2), Boskos (4), Asier Iribar (2), Francisco da Silva, García (2), Jon Ander Iribar.

36 - Barça (18+18). Nielsen, Richardson (9, 2 p.), Janc (3), Petrus, Carlsbogard (1), Frade (3), Ariño; Pérez de Vargas, Bazán (1), Blas, N’Guessan (2), Aleix Gómez (5, 1 p.), Makuc (1), Ortega (3), Petar Cikusa (7), Javi Rodríguez (1).


Parciales. 3-5, 5-8, 7-10, 10-14, 14-15, 15-18; 18-20, 21-24, 23-28, 26-30, 29-33, 30-36.

Árbitros. Iniesta Castillo y García Rodríguez. Por parte del Bidasoa Irun, excluyeron a Cavero (13’53), García (25’40) y Jevtic (41’06); por parte del Barça, Javi Rodríguez (23’42), a Petrus (44’55) y a Aleix Gómez (53’52).

Incidencias. Segunda jornada de la Liga Asobal en Artaleku, ante 1.928 espectadores (lleno) en el Día del Club. En los prolegómenos se homenajeó a los campeones y medallistas bidasotarras de los torneos estivales y se estrenó la nueva mascota local, Ludo, con la compañía de la mascota realista, Txurdin, y la de la Liga, Rayo. Se ha guardado minuto de silencio en memoria del bidasotarra Xabier Urdin Soria.