European League: El Bidasoa dice adiós a Europa (34-28)

Los dos entrenadores repitieron convocatoria, por lo que no hubo sorpresas añadidas. El mismo objetivo, con los mismos, pero con un punto de partida diferente ya que el Bidasoa iniciaba la contienda con tres goles de ventaja conseguidos en la ida (30-27). Los portugueses los neutralizaron pronto porque salieron más enchufados, a otro ritmo y cometiendo menos fallos que su adversario. Antes de cumplirse diez minutos de juego, la renta local ya era de cuatro tantos (6-2) y anunciaba que el Bidasoa debía remar contra corriente.

La más trascendental, la suya propia. Demasiada ansiedad y precipitación para cosa buena en la medida que el meta Leo Maciel se erigía en protagonista bajo los palos lusos y la ansiedad y, como consecuencia de la misma, los errores protagonizaban el ataque irundarra. Pese a que el portero Skryzniarz brillaba en unas cuantas acciones, no se aprovechaban sus paradas. En unas ocasiones, por jugar de modo acelerado y no seleccionar bien los lanzamientos. En otras, por pérdidas de balón o malos pases. El técnico irundarra no solicitó ningún tiempo muerto, porque quizás lo esperaba o entendía que las opciones seguían en pie pese a que el tanteo marcaba clara tendencia local (9-5, 11-6, 12-8).

Llegar al descanso con la eliminatoria igualada suponía un mal menor (15-12). A poco que los de Artaleku hubieran jugado con calma y sin precipitaciones, probablemente, sus opciones finales de éxito aumentarían al final del primer periodo. Los números hablaban mejor de las defensas que de los ataques. El técnico local, Ricardo Costa, estaba obsesionado por evitar los pases al pivote de los bidasotarras. Se empeñaron en tapar a Julen, Matheus o Ander Ugarte, pero no contaban ni con las buenas terminaciones de Tao Gey, ni con el habitual rendimiento de Jon Azkue entrando desde atrás. A día de hoy es el capitán, el que tira del carro y el que trató con sus goles de mantener vivos los sueños de su club. El curso que viene no estará y sustituirle no será fácil.

Después de pasar por vestuarios, las cosas siguieron más o menos parecidas, con el marcador haciendo la goma. El mejor momento del Bidasoa llegó con un tanto de Asier Nieto (18-16). En ese momento, los bidasotarras estaban en cuartos de final. La teórica presión sobre el conjunto local metió el partido en un callejón de difícil salida. Minutos más tarde, todo seguía igual (20-18) después de que Mikel Zabala acertara con la meta local. El Bidasoa no supo jugar esos minutos. Sintió que le venía una avalancha (26-21) de la que no se iba a reponer. 

El Sporting, con el aliento de sus partisanos, redobló esfuerzos en las dos áreas y no se dejó domeñar por los contrarios. Los tiempos muertos de ambos entrenadores marcaron también tendencia. Mientras los lusos se fueron arriba, los guipuzcoanos no encontraron el antídoto. Un marcaje individual por toda la pista facilitó que el triunfo local fuera más holgado, merced a los tantos de Martim Costa y Mocquais. El Bidasoa no cuenta ahora con otro objetivo que no sea la liga, pero a poco que reflexione se dará cuenta de que se le escapó una oportunidad de seguir en la competición de la que cae eliminado.