Darly Zoqbi, brasileña de nacimiento y nacionalizada española, es una de las grandes porteras que ha dado el balonmano femenino en los últimos 20 años. En su trayectoria llena de éxitos –incluidas dos estancias en el Super Amara Bera Bera, de 2003 a 2006 y de 2011 a 2013– desde que aterrizó en Europa de la mano del Murcia en 2002, ha dejado su sello allá donde ha estado, tanto en clubes como en selecciones (ha sido internacional con Brasil y España). Sin embargo, vive una dura situación en el Gloria Bistrita, que esta temporada la mantiene apartada del equipo. ¿La razón? Que ha sido madre.

Zoqbi fichó por el Gloria Bistrita de la potente liga rumana en 2019, después de haber pasado por otras competiciones tan fuertes como la francesa o la montenegrina, y en las dos primeras temporadas todo marchó bien. Los problemas empezaron cuando en el último partido del curso 2020-21 se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. “Me lesioné el 3 de junio”, recuerda Zoqbi. Al ser una lesión que la iba a mantener apartada de los terrenos de juego durante toda la siguiente temporada (la 2021-22), expuso al club rumano su deseo de ser madre, algo que el Gloria Bistrita aceptó. “Hablé con el club y fue algo acordado teniendo en cuenta que iba a ser baja durante un año”, explica la guardameta brasileña, que dice incluso que ni hubiera intentado quedarse embarazada “si no llega a acordarlo con el club” porque es una “profesional” y tenía “contrato en vigor”.

“Me quedé embarazada rápido”, sigue contando Zoqbi, “y mi hija Nicole nació el 5 de mayo de 2022”. Para entonces la rodilla, lesionada once meses antes, ya estaba “bien”, añade: “En junio recibí el alta médica del embarazo, y empecé a prepararme para volver a la pretemporada del equipo”.

A juicio

Sin embargo, los planes del Gloria Bistrita eran otros. De forma inesperada, quiso cortar la vinculación con la portera: “Intentaron romper el contrato cuando llevaba siete meses embarazada, no sé por qué”, cuenta la exjugadora del Bera Bera, que acudió a los juzgados. Ganó el juicio en primera instancia, una decisión judicial que el club rumano recurrió. “Gané también la apelación”, señala Zoqbi.

El problema es que el proceso judicial se retrasó “porque la Federación Rumana de Balonmano estaba en plenas elecciones”, así que apelación se resolvió a finales de agosto, con la pretemporada ya empezada. Además, el club no tenía que reincorporar a Zoqbi “hasta que saliera la comunicación oficial, que no llegó hasta octubre”. Para entonces la temporada ya estaba en marcha y el Gloria Bistrita se mantuvo en su postura de no reincorporar a la portera “pese a que el contrato seguía siendo válido”, aclara.

La situación se enquistó. “Estuve esperando a que me ofrecieran algo para al menos dar por finalizado el contrato de forma amistosa, pero no me dijeron nada”, cuenta. Así que el contrato “continúa vigente”, pero ni le están pagando ni puede entrenar con el equipo. De hecho, atiende a NOTICIAS DE GIPUZKOA desde Brasil, donde decidió marcharse junto a su hija y su pareja para al menos estar rodeada de su familia, a la vista de que la relación con el club era nula.

Resignada a dar la temporada 2022-23 “por perdida”, lo que le supondría estar dos cursos en blanco, decidió la semana pasada hacer público cómo se encuentra por medio de sus redes sociales. “Ahora que se ha conocido la historia es cuando el club ha retomado el contacto conmigo”, aunque sin llegar por ahora a ningún tipo de acuerdo.

“Está siendo muy desagradable”, reconoce Zoqbi, una jugadora que allá por donde ha pasado ha dejado una imagen de intachable profesionalidad, sin ir más lejos en Bidebieta, donde aún se recuerdan sus exhibiciones bajo palos: “Insisto en que, sin acuerdo, ni me habría quedado embarazada. Es increíble. Han jugado a dos bandas. Por un lado dijeron que aceptaban el embarazo y luego quisieron romper el contrato aprovechando que estaba lesionada, pero no pueden echar a una jugadora lesionada, así que no les ha salido bien”.

“Derecho” a ser madre

Dentro de lo que cabe, la hispano-brasileña está “tranquila porque el contrato de trabajo está protegido”. Es decir, aunque por ahora el Gloria Bistrita no le está pagando las cantidades correspondientes a la actual temporada, tendrá que hacerlo o, al menos, llegar a “un acuerdo”, asegura Zoqbi, que siente que le han cercenado un derecho básico: “Las mujeres no tenemos por qué pasar por estas cosas. Podemos ser madres deportistas, tenemos derecho a quedarnos embarazadas y después seguir con nuestras carreras deportivas”.

De hecho, eso es lo que quiere hacer la guardameta, que no tiene ninguna intención de dejar el deporte que ama: “Yo me encuentro bien, sé que tengo 40 años (nació el 25 de agosto de 1982 en Ponte Nova, Brasil), pero la edad es un número. Físicamente estoy bien, tengo la rodilla totalmente recuperada y lo demostraré cuando vuelva a jugar. Antes de lesionarme, jugaba los 60 minutos con el Gloria Bistrita”. Dice Zoqbi que ya tiene “ofrecimientos” para la próxima temporada, pero que “aún” no sabe dónde jugará: “Tengo que pensarlo para tomar una decisión, pero quiero seguir jugando”.