El Bidasoa pasó el trago del Barça en el Palau con una derrota clara (39-28) que entraba dentro de todos los pronósticos. Los irundarras afrontan en cuatro días dos partidos exigentes, pero muy diferentes. Si la visita a la cancha del Barça se consideraba un trámite, el encuentro de este martes en Trodheim ante el Kolstad es decisivo para la suerte del club en la competición europea. Los de Cuétara jugarán una final. Es por ello que cabía esperar un partido con el menor desgaste posible, sin riesgos, pensando más en la cita noruega que en el parqué catalán. 

La diferencia entre ambas plantillas es descomunal y, sin desmerecer el trabajo habitual de los guipuzcoanos, las opciones de éxito eran nulas. Los de Antonio Ortega están jugando la Champions de manera espléndida. Basta con haber visto los dos últimos encuentros ante Kielce y Celje para comprobarlo. Con tres de los mejores jugadores azulgranas se completa el presupuesto del club de Artaleku y entre el fondo de armario de unos y otros dista un abismo. Ante esta realidad ¿qué podía hacer el Bidasoa? Jugar su partido, plantearse objetivos reales y valorar el encuentro como un entrenamiento de calidad, preparatorio para la cumbre de Trondheim. 

El cuerpo a cuerpo aguantó veinte minutos (13-10), porque a partir de ahí las cosas se precipitaron hasta el 21-11 del descanso, es decir un parcial de 8-1, pese al tiempo muerto de Cuétara para tratar de que su equipo no se viniera abajo. El meta Emil Nielsen crecía bajo palos y los lanzamientos visitantes se estrellaban una y otra vez en su fornido cuerpo. A la contra, los catalanes no desperdiciaron la oportunidad de poner tierra de por medio, aprovechando cualquier resquicio. Pudiera sorprender que a falta de quince segundos para el descanso, con nueve goles de diferencia, el entrenador local solicitara un tiempo muerto para preparar una jugada con la que llegar al intermedio con una decena de tantos de diferencia. Evidentemente, el partido estaba sentenciado. 

El Bidasoa siguió dando de sí lo que pudo ante un equipo que no bajó la guardia. El técnico bidasotarra gestionó esfuerzos y descansos, dejando en pista muchos minutos a jugadores sin experiencia que no le perdieron la cara al partido. Tanto Xabi Barreto, como Asier Iribar o Tao Gey, se atrevieron con todo ante el campeón de Europa. No cabe otra ante las bajas de Dariel García, Víctor Rodríguez y Gorka Nieto.

En esos objetivos parciales de este tipo de pulsos, Bidasoa se pudo plantear no encajar 40 goles y marcar, al menos, los mismos que Kolstad hizo en Artaleku, por lo que pueda suceder en un hipotético final de empate. En ambos casos, el conjunto irundarra alcanzó lo que pretendía. Se encontró de salida con una defensa adelantada de los barcelonistas, tratando de que el balón circulara con tranquilidad en la primera línea visitante. La presión complicaba las cosas y las pérdidas de balón se pagaban. El cuadro de Artaleku no jugó bien en el primer tiempo y mejoró sustancialmente en el segundo. La mayor envergadura local no facilitaba el tiro exterior, por lo que fue clave el trabajo para que llegaran balones a la segunda línea. Muy bien los pivotes y los extremos, a ellos correspondieron 19 goles de los 28 del equipo. Tuvo que luchar contra todas las mareas. El único penalti a favor se lo pitaron a falta de cinco minutos para el final y el cuadro local terminó sin excluidos. Cosas que pasan.

DATOS DEL PARTIDO:

Barcelona 39

Bidasoa Irun 28

FC BARCELONA Nielsen (Pérez de Vargas), Carlsbogard (2), Dika Mem (5, 2p), Aitor Ariño (4), Wanne, Janc (1), N’Guessan (3), Thiagus Petrus (4), Cindric, Artur Parera (5), Makuc (1), Langaro (2), Richardson (4), Aleix Gómez (5,3p) y Ludovic Fábregas (3).

BIDASOA IRUN Skrzyniarz (Harbaoui), Cavero (1p), Ugarte (2), Mikel Zabala (2), Tao Gey (2), Eneko Furundarena (1), Julen Aginagalde (6), Rodrigo Salinas (1), Xabi Barreto (4), Mitic, Jon Azkue (4) Tom Tesoriere, Matheus da Silva, Asier Nieto (2) y Asier Iribar (3).

Marcador cada cinco minutos 4-2, 8-5, 11-8, 14-10, 17-10, 21-11 (descanso);25-14, 28-17, 31-19, 35-22, 38-25, 39-28.

Árbitros Marin Lorente y García Serradilla (comité catalán). Exclusiones de Matheus, Zabala y Mitic (Bidasoa).

Estadio Palau Blaugrana, ante 957 espectadores.