donostia

Numerosas confusiones, alguna que otra mala mirada, demasiadas dudas que despejar... son varias de las cosas que han tenido que vivir Azu Muguruza y Estitxu Ibarretxe durante su trayectoria. Dos mujeres en un mundo que parece reservado para los hombres y que luchan por borrar la imagen del hombre-entrenador. Estas vascas se enfrentan hoy en un duelo en los banquillos. Algo que se repite muy pocas veces en la Liga Femenina, ya que solamente hay tres mujeres -Anna Caula dirige al Spar Unigirona- que se sientan en los banquillos de la máxima categoría estatal. Pero todo esto tiene una importancia mínima en un día como hoy. El Bizkaia GDKO recibe la visita del Gipuzkoa UPV (19.00 horas). Un choque entre dos vecinos que se conocen a la perfección. Un encuentro en el que la clasificación queda de lado y durante cuarenta minutos se vive una máxima tensión. Llega el derbi a Urreta.

"Siempre es un partido especial y no vale de nada lo que has hecho antes ni después", afirma Muguruza. Ambas entrenadoras esperan un choque "duro" y "agresivo", entre dos equipos que se conocen muy bien. "Somos dos clubes que llevamos millones de años juntos. Los dos hemos ascendido a la vez. Nos conocemos de sobra y existe una relación muy estrecha entre mucha gente del club", comenta la guipuzcoana.

El Bizkaia GDKO llega al derbi después de haber sufrido dos derrotas consecutivas e intentando recuperar las buenas sensaciones de final de año. "El equipo se ha resentido y además hemos sufrido las lesiones de Roundtree y Comfort, que no nos han dejado entrenar con cierta continuidad", declara Ibarretxe, que pide a sus pupilas que den un paso más: "Hay ciertas jugadoras que tienen que asumir la batuta en los momentos malos".

El Gipuzkoa UPV está en una dinámica diferente. Dejando una buena imagen en los últimos partidos, a pesar de no conseguir "la guinda de la victoria". "Las vacaciones nos vinieron muy bien para descargar tensión y cambiar un poco el chip", relata Muguruza, líder de un equipo cocinado a fuego lento, que poco a poco y con mucho trabajo ha conseguido llegar hasta lo más alto con una base compuesta por jugadoras guipuzcoanas. "Nosotros, desde que ascendimos a la Liga Femenina 2, queríamos tener una base de gente de aquí, para que sean ellas las que tengan la oportunidad de competir a estos niveles", explica.

La entrenadora guipuzcoana lleva muchos años en los banquillos, y consigue que "sus equipos jueguen de una manera muy alegre y sepan leer muy bien la defensa. Me parece que tiene mucho mérito estar tanto tiempo con el mismo bloque y conseguir esos resultados", alaba Estitxu. Muguruza puede presumir de una larga trayectoria en los banquillos profesionales, todo lo contrario que Ibarretxe. Sin embargo, la vizcaina no está viviendo está experiencia como algo extraordinario, todo lo contrario. "Estoy viviendo con mucha ilusión y con mucho trabajo, pero no encuentro demasiados cambios con respecto a otros equipos que he entrenado. Además, no me pilla de nuevo el trato con jugadoras profesionales, ni cómo llevarlo. Llevo años en este mundo", declara la exjugadora de Trapaga.

Muguruza tampoco se fía de la poca experiencia de su rival en estos niveles porque "conoce muy bien el baloncesto femenino y ha jugado muchos años en la elite". Por si fuera poco, Ibarretxe siempre se ha interesado por la labor de los técnicos y ha ido aprendiendo de cada uno de sus maestros. "Es como si hubiera sido la segunda de quince entrenadores", afirma Estitxu.

Lo que no es nuevo para Estitxu, ni para Azu, es el recelo que hay con respecto a su labor. "Parece que nosotras tenemos que demostrar el doble, estar años en Liga Femenina 2, ascender al equipo... Si tienes una valía no debería ser un impedimento. Da la impresión que se ve mejor a un hombre en el banquillo. No creo que tengamos las mismas oportunidades", comenta Ibarretxe. Algo con lo que su colega también está de acuerdo: "Sí sigue existiendo ese estereotipo y hay gente que te mira con recelo. Te vas ganando el respeto y la gente se comporta muy bien, pero sí pienso que el trato no es el mismo".

Aun así, poco a poco, las cosas van cambiando y ambas entrenadoras se muestran optimistas de cara al futuro. "Antes una chica entrenando era rarísimo, ahora empieza a normalizarse", añade Muguruza, que junto a Estitxu, ejerce una labor que "cada día es más valorada" por un mundo que ya no es exclusivo de los hombres.

Urieta, en vitoria Por otra parte, en la Liga Femenina-2, Madelén Urieta es la encargada de dirigir al UPV Araski. Los tres referentes baloncestísticos de cada provincia de la CAV luchan por llevar al baloncesto vasco a lo más alto y para ello han decidido apostar porque una mujer encabece sus proyectos.