donostia. Han pasado un verano y un otoño llenos de incertidumbres y polémicas y mediado un cierre patronal que agitó sus cimientos y sus principios, pero la NBA está de vuelta, dos meses después de lo habitual. No podía ser de otra forma. La mejor Liga de baloncesto del mundo es un negocio con tantas ramificaciones que no podía quedarse una temporada parada: estaba en juego su credibilidad y su imagen. Desde mañana mismo, con los duelos Boston-New York, Dallas-Miami y Lakers-Chicago, la liga entra en una espiral frenética de 66 partidos en apenas cuatro meses antes de llegar a los play-offs. Todo un reto para jugadores, entrenadores y aficionados, que no tendrán un momento de respiro.

No es recomendable empezar una campaña tan cargada con solo quince días de preparación. Pero es lo que va a ocurrir. Las lesiones ya han aflorado y serán los más resistentes quienes aspiren al anillo. Se ha inventado ya el concepto de back-to-back-to-back que define los tres partidos en tres días consecutivos que tendrán que afrontar los 30 equipos en algún momento del curso. Por la supresión de 16 partidos, algunos solo se enfrentarán una vez y se darán circunstancias como la que, por ejemplo, encararán los veteranos Boston Celtics allá por marzo: en el plazo de trece días disputarán ocho encuentros en cinco estados, de costa a costa.

Descansar será imposible por lo que los entrenadores necesitarán ampliar sus rotaciones. Como la pretemporada ha sido tan corta, algunas franquicias han apostado por mantener el bloque y sumar pronto buenos resultados. Otras han querido añadir refuerzos en un mercado convulso y aún abierto.

los favoritos Los Dallas Mavericks se cargaron en junio todos los pronósticos y ahora son el rival a batir. Pierden dos elementos claves, Barea y Chandler, y se han reforzado con los fichajes de Carter, West y Odom, que añaden tanta versatilidad como dudas a un equipo que seguirá apoyado en Nowotzki, Kidd y Terry y en la solidez del técnico Rick Carlisle.

Como los Lakers parecen empeñados en inmolarse con luz y taquígrafos, queda comprobar si Oklahoma City Thunder y Memphis Grizzlies son capaces de dar más pasos adelante, si San Antonio Spurs son capaces de aguantar un año tan exigente y si la dupla Paul-Griffin en los Clippers da para más que llegar a las eliminatorias. De lo contrario, hay que mirar al Este para buscar otros aspirantes al anillo.

Los Miami Heat y su Big Three ya no tienen excusas. Con más experiencia y el fichaje de Battier, comandan una Conferencia algo venida a menos. Los Chicago Bulls, en crecimiento, vuelven a ser aspirantes y los Boston Celtics, que han retocado su plantilla, siguen apoyados en las gastadas piernas de Allen, Pierce y Garnett. Poco más hay en una Liga con muchas de sus estrellas añejas.

el terremoto que viene Los pronósticos pueden cambiar si se consuma alguno de los traspasos que se vienen rumoreando estas semanas. Chris Paul ya cerró su salida de New Orleans rumbo a los Clippers, donde su fichaje ya ha empezado a rendir beneficios a una franquicia habitualmente ruinosa.

Dos nombres siguen rondando el mercado: Dwight Howard y Pau Gasol. El mejor center de la liga, seguramente, no acabará la temporada con Orlando Magic. No quiere renovar su contrato y sus jefes no querrán que se vaya a cambio de nada. Pero el All Star se disputará a finales de febrero en la ciudad de Mickey Mouse y Superman supone el único reclamo para que el evento tenga éxito. Y el negocio es el negocio.

En cuanto al de Sant Boi, su situación en los Lakers puede haber cambiado: de transferible a imprescindible para mantener el nivel. Gasol estuvo con los dos pies fuera, pero la NBA intervino y paró el megatraspaso. Ahora la lesión en la muñeca de Kobe Bryant y la sanción que impedirá a Andrew Bynum disputar los primeros partidos dejan al catalán como gran faro de un conjunto en decadencia. El dilema es saber hasta cuándo.

Para los demás españoles, la liga se presenta con distintas aspiraciones. Marc Gasol debe confirmar que merece el contratazo que firmó en Memphis. José Manuel Calderón seguirá languideciendo en Toronto. Rudy Fernández repartirá su mente entre Denver y Madrid, donde le espera un buen contrato por tres años. Y Serge Ibaka volverá a ser un buen complemento para Durantula en Oklahoma. Como los demás, se enfrentan a una campaña de locos.