Donostia. No se le podía pedir mucho más al Lagun Aro GBC ayer en el Palacio de los Deportes. El equipo de Sito Alonso le puso todo su empeño en plantar cara al poderoso Real Madrid y lo logró durante muchas fases del partido, pero cayó víctima de su evidente y lógica inferioridad de talento y efectivos (82-74). Si ganar en una cancha así ya es habitualmente una utopía, lo es aún más si la rotación se limita prácticamente a seis jugadores, porque los demás juegan poco y, encima, cuando lo hacen, no aportan gran cosa.
El Lagun Aro mostró ayer con claridad sus virtudes y sus defectos. Hay poco que reprochar a su actitud. A diferencia de otros años, en los que cada dos por tres bajaba los brazos, esta temporada el equipo guipuzcoano mantiene su actitud hasta el minuto 40. Lo hizo incluso ayer cuando el Real Madrid arrancó de forma fulgurante, con un 9-0 que hacía presagiar una paliza histórica, y lo hizo de la mano de sus indiscutibles pilares: Panko, Baron, Vidal y Neto, a los que ayer se unieron Salgado y un Adeleke que va a más.
Pero con seis jugadores es difícil ganar, y más al Real Madrid. El Lagun Aro tiene un serio problema en su rotación. La aportación de Papamakarios es prácticamente testimonial, lo cual es muy grave porque es el primer relevo exterior. Y por dentro los problemas, lejos de menguar, da la sensación de que aumentan con el paso de los días. Betts no progresa en su forma física y ayer fue terriblemente inferior a los pívots del Madrid, Lorant cumple cuando juega pero está muy poco en pista y, lo más preocupante, Doblas continúa a años luz de su mejor versión. Ayer se quedó en cero puntos tras fallar sus cinco tiros a canasta. El mejor interior, con la excepción de Panko, fue el nigeriano Adeleke, una afirmación que hace apenas tres semanas habría sonado a broma de mal gusto.
9-0 en contra Con el nigeriano batallando bajo los aros pese a su escasez de centímetros, los omnipresentes Panko y Vidal, más el acierto de Baron, el descaro de Neto y la dirección de Salgado, el Lagun Aro se bastó para dar guerra al Madrid. Y eso que el conjunto blanco empezó el partido dando miedo, con un parcial de 9-0 en minuto y medio gracias a un juego muy rápido, efectivo y espectacular. Hay que reconocer que Pablo Laso ha sabido dar libertad al talento de sus hombres, lo que incomprensiblemente no supo hacer Messina en su momento, aunque con Rudy en el equipo todo es más fácil. Por momentos, sobre todo cuando juega en transición, el conjunto blanco parece imparable y al Lagun Aro le costó unos cuantos minutos situarse en pista y asentarse en defensa para soportar el chaparrón. Con 17-6 en el minuto cinco, Sito Alonso pidió tiempo muerto y de ahí al final del primer cuarto, su equipo al menos logró que la desventaja no fuera mayor (25-12).
siempre dentro del partido Con la entrada en cancha de Salgado y Adeleke, el equipo guipuzcoano mejoró. Siete puntos consecutivos de Baron, que volvió a estar a un alto nivel de acierto, pusieron nervioso al Madrid, que tenía a todo su quinteto titular en el banquillo. Una falta antideportiva de Ibaka y una técnica de Suárez dieron al Lagun Aro la oportunidad de hacer un parcial de 2-15 para ponerse por primera vez por delante (27-29) en el minuto catorce gracias a Salgado, muy inteligente en ataque. El encuentro entró entonces en un intercambio de canastas que el Madrid rompió con un parcial de 10-0 justo antes del descanso aprovechando una absurda antideportiva de Betts sobre Pocius y a un tremendo error de Lorant, que permitió que Mirotic le robara un rebote tras un tiro libre, algo imperdonable para un pívot.
Con 49-39, en la reanudación Vidal, Baron y Panko -los de siempre- trataron de compensar esa desafortunada recta final del segundo cuarto de sus compañeros en el juego interior y dieron un renovado interés el partido (56-50). En ese momento, ante la apatía del Real Madrid y la buena defensa del Lagun Aro, parecía que la gran sorpresa podría consumarse o al menos pelearse hasta el final. Pero mediado ese tercer cuarto Baron cometió su cuarta personal -sufrió mucho defendiendo a Rudy- y, con el de Rhode Island en el banco, el equipo de Sito bajó muchos enteros, lo que el Real Madrid aprovechó para hacer un parcial de 8-0 y escaparse de nuevo.
El Lagun Aro, sin embargo, no cejó en su empeño y volvió a aferrarse a sus opciones de la mano, otra vez, de Panko. El americano solo descansó dos minutos, pero sacó fuerzas de flaqueza en el último cuarto para liderar el último intento de su equipo para llevarse un triunfo del Palacio de los Deportes. Un triple suyo tras un robo de balón de Vidal puso el 68-65, pero los dos sostenes del equipo ya se fundieron definitivamente, porque al no tener relevos casi no descansan y tienen que hacer de todo, y el Madrid aceleró hacia un triunfo cantado. La derrota entraba dentro de lo previsible y el partido que hay que ganar es el del próximo domingo, ante el Alicante en Illumbe. Habrá que ver si ese día hay más jugadores que dan la talla. Si no, será difícil salir de esa zona baja donde el Lagun Aro lleva instalado desde el inicio del campeonato.