Su bajo estado de forma era una de las grandes preocupaciones en el seno del Lagun Aro. Jimmy Baron, una de las estrellas de la ACB la pasada temporada, no estaba encontrando en el inicio de la actual su mejor juego, ni mucho menos. Quizás lastrado por unos problemas en la rodilla que, sin ser graves, le están molestando, el escolta se había mostrado en las primeras cuatro jornadas muy desacertado, totalizando un 7/39 en triples, cifra impropia de un tirador fiable como él.
Tras tocar fondo contra el Estudiantes, partido en el que hizo un 2/13 en triples y un -6 de valoración-, presa de una ansiedad por anotar que le hizo forzar tiros innecesarios, Baron recuperó su mejor versión ayer, cuando el GBC empezaba a necesitar una victoria de forma urgente. Empezó el encuentro de forma discreta y al descanso llegó con cinco puntos y sin haber lanzado ni una sola vez de tres. Estaba claro que el de Rhode Island no quería volver a precipitarse.
En la reanudación miró más a la canasta y anotó cinco puntos más en el tercer cuarto, pero en el último dio un paso más. Consciente de que el equipo necesitaba sus puntos, tomó la iniciativa y, con siete tantos consecutivos, fue uno de los grandes artífices de la remontada. Una jugada en la que falló un triple y anotó a su segundo intento tras pase de Doblas demostró que Baron había recuperado la confianza. Sus doce puntos en el último acto y los 22 en total fueron claves para el triunfo y para anotarlos solo necesitó once tiros de campo, entre ellos seis triples. Menos tiros que en anteriores partidos, pero mejor seleccionados.
Su mejor aliado en el ataque fue el otro americano del equipo, Andy Panko, que anotó 24 puntos. Es decir, entre ambos sumaron 46, más de la mitad del GBC, una gran producción ofensiva.