Nueva York. La NBA anunció ayer que el lock-out se extenderá dos semanas más tras no haberse alcanzado un acuerdo en la última reunión, celebrada el viernes, lo que propiciará que la competición no se reanude, como pronto, hasta el mes de diciembre. Esta decisión supone el tercer aplazamiento del comienzo de la liga lo que eleva ya a 102 el número de partidos cancelados.
Jugadores y dueños no pudieron dejar a un lado sus diferencias y la disputa continúa siendo el reparto de los ingresos. Pese a que los propietarios habían aceptado subir del 47 al 50%, los jugadores no aceptan una cifra inferior al 52,5. David Stern, comisionado de la NBA, reiteró que la liga mantuvo la última oferta del reparto por igual al 50-50, pero que el director ejecutivo del sindicato de jugadores, Billy Hunter, respondió que ellos no pensaban ir por debajo del 52%. "Él (Billy Hunter) cerró su agenda y se levantó de la mesa para irse de la sala de reuniones", explicó. "Es aquí donde nos encontramos".
Además del citado tema, tampoco se alcanzó un acuerdo respecto al tope salarial, así como a que los contratos de larga duración puedan ser garantizados. Dicha situación pone en entredicho a la NBA, que ya sabe que hasta el 30 de noviembre los pabellones seguirán cerrados.
El objetivo, ahora, es conseguir salvar los partidos del mes de diciembre para que no afecte al periodo navideño y la temporada no sea comprimida durante 2012 pero ninguna de las partes ha establecido una nueva fecha para volver a retomar las negociaciones.