una decisión tremendamente difícil, pero necesaria para la supervivencia del club, fue la que tuvo que tomar el CB Granada hace más de un mes. Horas después de derrotar al Cajasol en la séptima jornada, y tras varios días de negociaciones llevadas con gran secretismo, los dirigentes del club nazarí anunciaron la venta de Joe Ingles al Regal Barcelona, que andaba como loco a la búsqueda de un alero para suplir a Pete Mickeal.
La marcha de Ingles suponía dejar al equipo sin uno de sus mejores jugadores, si no el mejor. Algo así como si el Lagun Aro vendiera mañana a Andy Panko. El australiano, de 23 años, es un alero alto (2,03 metros) y muy completo, que estaba promediando 13,3 puntos, 4,7 rebotes y 3,9 asistencias. Un pilar insustituible que fue traspasado al Barcelona a cambio de 425.000 euros, a lo que hay que sumar la cantidad que el Granada se ahorra en concepto de ficha. Un buen pellizco que ha servido para aliviar la delicada situación de las arcas del club.
El Granada es uno más de los numerosos clubes de la ACB con problemas económicos, con el agravante de que en su caso lo que le ha forzado definitivamente a vender a su estrella es que el Ayuntamiento de la ciudad le debe 1.100.000 euros, a lo que hay que unir la ausencia de un patrocinador principal, por lo que su deuda total asciende a 2.650.000 euros, tal y como anunció hace poco su vicepresidente.
mala suerte con las lesiones
Mario Fernández, sin jugar
Sin Ingles en la plantilla, el Granada fue al mercado a buscar un jugador exterior, pero la imposibilidad de fichar a un jugador del estilo de Ingles le hizo decidirse por Andre Owens, un escolta de 30 años que esta misma temporada jugó cuatro partidos con el Manresa, donde tuvo un rendimiento discreto pese a que en su debut anotó seis triples. Muy distinto al alero australiano, pero bastante más barato.
Pero la ausencia de Ingles no está siendo el único problema del Granada, que no tiene suerte con las lesiones. Mario Fernández, base fichado del DKV Joventut y que parecía una apuesta segura, no ha llegado a jugar por una dolencia vascular en una rodilla, cuya recuperación no tiene plazo. Esto ha dejado al equipo con un solo base, Nico Gianella, que a su vez se lesionó la semana pasada y no pudo jugar en Badalona. Curiosamente, sin ningún base en la plantilla, el equipo logró su primer triunfo de la temporada a domicilio.
Trifón Poch, técnico nazarí y amigo de Laso porque le entrenó durante tres temporadas en Girona, se toma con humor la cruz de las lesiones. "Estamos entre Los problemas crecen y Con ocho basta", dijo ayer en referencia a las dudas de Gianella y Owens, que podría dejarle precisamente con apenas ocho jugadores para medirse al Lagun Aro GBC a poco que uno de los dos hombres que arrastran molestias, Owens y Gianella, no se recuperen.
Pero lo que realmente duele al Granada es la ausencia de su mejor hombre, Ingles. Desde que se fue, el balance es de un único triunfo por tres derrotas y la sensación de que es imposible sustituirlo. Los demás exteriores -Owens, Coby Karl, Stefansson y sobre todo Korolev, en quien tienen puestas grandes esperanzas- se multiplican para suplir todo lo que Ingles hacía, que era mucho. La duda en Granada es si será suficiente, porque por ahora el equipo marcha penúltimo, en zona de descenso.