S e notaba en el ambiente que el de ayer no era un partido más en el Donostia Arena 2016. Las protestas, al igual que los ánimos al equipo, retumbaban con especial fuerza en el pabellón. Es cierto que este año el público ha dado un paso adelante en cuanto a presión al rival y a los árbitros, pero contra el Bizkaia Bilbao Basket los aficionados empujaron al equipo más que nunca.
Pablo Laso se ha hartado a repetir que no le preocupa tanto la cifra de espectadores que acuden al Donostia Arena 2016, sino que los que vayan apoyen al equipo y presionen al rival. Ayer se cumplió esta máxima, ya que a pesar de que la disputa del partido en día laborable restó espectadores al partido, los que fueron lo pasaron en grande en el primer derbi vasco de la temporada.
Si la afición donostiarra estuvo a la altura, no se puede decir lo contrario de la bilbaina. Los 600 seguidores del Bizkaia Bilbao Basket desplazados hasta Donostia animaron sin tregua a su equipo en los malos momentos y mantuvieron un comportamiento ejemplar durante todo el día en la capital donostiarra.
Hace tiempo que no es noticia que en un enfrentamiento entre vizcainos y guipuzcoanos reine la armonía y ayer no fue una excepción. Otras aficiones podrían tomar nota de días como el de ayer en el que lo más importante es el basket, y queda en un segundo plano la victoria de uno u otro equipo.
Como muestra de esta buena relación entre clubes, los Consejos de Administración de San Sebastián Gipuzkoa Basket y de Bizkaia Bilbao Basket compartieron en el día de ayer un almuerzo durante las horas previas al partido.