La Ertzaintza ha detenido a cinco personas y está investigando a una sexta por tres incendios en pabellones y recintos de Hernani y Astigarraga que albergaban máquinas pesadas de distintas empresas, ocurridos entre febrero y marzo de 2020 y cuyo coste en daños supera el millón y medio de euros, según ha informado el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco. El objetivo de estos incendios provocados era, según señala Seguridad, "perjudicar a empresas relacionadas con el tratamiento de residuos sólidos no orgánicos". De hecho, concretamente, uno de los arrestados "habría encargado y pagado para que el resto de implicados cometiera estos sabotajes", sentencia la investigación, que se ha prolongado durante un año.

El primer hecho delictivo sucedió el 26 de febrero de 2020, cuando se registraba un incendio cerca de la medianoche en maquinaria guardada en unas instalaciones situadas en el término municipal de Hernani. En la inspección ocular efectuada en el lugar quedaba patente que el origen del fuego había sido intencionado. La Ertzaintza recogió en las inmediaciones botellas con restos de gasolina, de pastillas de barbacoa, que sirvieron como iniciadores y elementos como guantes o pistolas de agua de juguete, que supuestamente habían servido para pulverizar el combustible entre los vehículos y máquinas de las instalaciones. Los autores del hecho arrancaron y dejaron a la vista la propia espuma de los asientos de la maquinaria para facilitar la propagación del fuego.

Días después, el 2 de marzo, pero esta vez a la hora de la comida, cuando no había ningún operario en el lugar, se repitió el mismo "modus operandi" en otro incendio intencionado en Hernani, en un recinto donde varias empresas guardaban su maquinaria pesada. De nuevo, los daños fueron cuantiosos y la investigación y el análisis de los restos y evidencias confirmó el acceso de varios intrusos al lugar para cometer la fechoría.

No fue este el último ataque. El 15 de marzo de 2020, una empresa sufrió un nuevo hecho de similares características, un incendio en sus máquinas, esta vez, en unas instalaciones en Astigarraga. Los autores otra vez rociaron con gasolina maquinaria y camiones, entre otros un dumper, una pala cargadora, una retroexcavadora, otra cabina de camión calcinada, en total, nueve vehículos dañados. La investigación tendía ya hacia una interrelación entre los tres incendios por el tipo de empresas afectadas y el modo de actuar de los autores.

Las y los ertzainas encargados del caso comenzaron la instrucción de unas diligencias que se han extendido hasta la actual fecha. En colaboración con el Juzgado nº4 de Donostia se habilitaron recursos de investigación para analizar vehículos, personas, ubicaciones y horarios, que permitieran llegar a una conclusión sobre qué personas pudieran estar detrás de los sabotajes.

Durante este periodo investigativo el equipo de la Ertzain-etxea de Hernani recogió una serie de informaciones que llevaron a concluir que la causa que podría estar detrás de estos ataques sería un asunto que incluía a empresas dedicadas al tratamiento de residuos inorgánicos.

La principal sospecha de los investigadores ha sido que uno de los ahora detenidos habría contactado y encargado a un varón, con un amplio historial de delitos contra la propiedad, que efectuara los citados ataques. Este último habría aceptado la propuesta y junto con otras personas de su entorno serían los autores materiales de los tres incendios. Las investigaciones han determinado que los autores de cada incendio fueron cuatro hombres y utilizaron un coche para desplazarse en cada acción.

El trabajo de la Ertzaintza dio lugar a un operativo de detenciones realizado los días 20 y 21 de abril en las localidades de Andoain y Urnieta. Las y los agentes procedieron a detener a un total de cinco personas y a investigar a una sexta por su presunta participación en un delito de daños mediante incendio y presunta pertenencia a grupo criminal.

Cuatro de los arrestados, el quinto quedó antes en libertad, han sido presentados ante los juzgados de sus respectivos partidos judiciales, en concreto Donostia y Tolosa. Todos los acusados quedaron en libertad, con cargos.