"Al escuchar la aceleración del coche, intenté saltar para evitarlo, pero ya en el salto salí despedido al cielo. Luego me desperté en la ambulancia con un collarín y varias vías", tenía "cinco fracturas en el cráneo y el peroné roto", ha recordado este miércoles la víctima de un conductor que se enfrenta a una petición de casi 10 años de cárcel por tentativa de homicidio.
La vista oral por estos hechos, ocurridos el 23 de mayo de 2019 en un aparcamiento situado junto a un parque de Andoain, ha arrancado esta mañana en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa con la declaración de la víctima a través de una videoconferencia que ha planteado numerosos problemas de conexión.
En el juicio, que está previsto que concluya este jueves, también han declarado el acusado y una pareja que se encontraba dentro de un coche en el aparcamiento cuando tuvo lugar el arrollamiento, entre otros testigos.
Durante su interrogatorio, la víctima ha explicado que, como conocía al acusado, un amigo que tenía problemas con él le había pedido que intercediera para que "no ocurriera ninguna desgracia".
Por este motivo, había accedido a acompañarle en furgoneta hasta el citado parque con la intención de hablar con el procesado, si bien no tuvo tiempo de hacerlo porque, cuando bajó del vehículo e intentó aproximarse por la carretera al lugar en el que este esperaba dentro de un turismo, Mercedes Benz E-35, el conductor hizo una maniobra de marcha atrás, aceleró y le atropelló.
"Cuando caí al suelo, el coche se fue y allí me dejaron", ha relatado con frialdad el perjudicado, quien ha aclarado que a raíz del incidente estuvo tres días en la UVI y luego continuó ingresado en planta de un centro hospitalario.
"Fue todo muy rápido y sorpresivo. No me dio tiempo ni a gesticular. Aceleró y me levantó por los aires", ha rememorado el damnificado, quien debido a la celeridad de los acontecimientos no sabe si el conductor tuvo tiempo de reconocerlo.
Tal vez por este motivo, ha asegurado que piensa en lo sucedido como en un "accidente" y no como en una tentativa de homicidio, aunque sí reclama por las lesiones y secuelas que sufre porque, según ha aclarado, su vida ha cambiado "totalmente" desde "ese maldito día".
Por su parte, el acusado, de nacionalidad extranjera, ha señalado que estaba en el aparcamiento para enseñarle el coche a un hombre con el que había quedado, cuando de una furgoneta que le cerraba el paso se bajaron tres personas que comenzaron a golpear su vehículo, dos de las cuales intentaron pincharle las ruedas con destornilladores, por lo que se asustó "muchísimo" y decidió salir de allí con el coche.
Según su testimonio, confuso y relatado en un mal castellano, en ese momento una cuarta persona, a la que no conocía, bajó de la furgoneta y la arrolló al intentar salir por el espacio de la carretera que quedaba libre, sin tiempo para "pensar".
Más concisas han resultado las declaraciones de la pareja de novios que se encontraban en el aparcamiento dentro de un coche en aquel momento, quienes ha coincidido al explicar que escucharon unos gritos y al mirar hacia el lugar del que procedían vieron como un coche blanco arrollaba a una persona que estaba en medio de la carretera con los brazos alzados y que "salió por los aires" con el impacto y "cayó muy mal".
Tras recordar que todo esto ocurrió cuando aún era de día, el chico ha concretado que su impresión en el momento de los hechos fue que "el conductor fue directo" a por la víctima "para atropellarla", mientras que su novia ha señalado que el perjudicado estaba con "las manos hacia arriba" pidiendo al conductor que "parara", a pesar de lo cual el coche "aceleró con ganas". "No se cortó un pelo", ha concluido.
Está previsto que el juicio concluya este jueves con la práctica de las pruebas periciales, las conclusiones definitivas y los informes de las partes.
