Estampa a todas luces inusual la que ha dejado esta mañana la apertura oficial de pastos de Aralar. La gran cita de este domingo, 1 de mayo, se ha convertido en las campas de Larraitz en una fiesta sin pastores. El plante de los ganaderos estaba cantado: "No estamos dispuestos a participar en este teatro, puesto que no queremos ser cómplices de la dejadez de la Mancomunidad de Enirio-Aralar". Dicho, y hecho.

En la verja de Larraitz, paso habitual de miles de ovejas en una jornada como hoy, solo se veía una pancarta, con la siguiente leyenda: Gaurko larreak, iraganeko lanaren emaitza. Nolako etorkizuna nahi degu? Babes ditzagun abeltzainak. (Las campas de hoy en día son el resultado del trabajo realizado en el pasado. ¿Qué futuro queremos? Defendamos a los ganaderos).

Los pastores se muestran muy molestos con la mancomunidad, a la que acusan de poner trabas a su trabajo. Con el plante de hoy han querido trasladar un claro mensaje a Goierri y, por extensión, a toda la sociedad guipuzcoana: sus reivindicaciones, entre las que figura "el acondicionamiento de chabolas y un acceso digno", ni siquiera han sido escuchadas.

Los ganaderos creen que la Mancomunidad pretende con esta fiesta "justificar su inactividad, pretendiendo con ello dar una imagen de normalidad ante el conjunto de la sociedad". Aunque no han participado en la celebración de hoy, sí están subiendo desde este domingo el ganado a las campas por su cuenta.

Un total de 616 ganaderos guipuzcoanos han sido autorizados a hacerlo por la Diputación. Son 45.000 cabezas de ganado en 32 pastos ubicados en montes de distintas comarcas del territorio.