Las tres primeras víctimas del fotógrafo Kote Cabezudo han declarado este jueves a puerta cerrada en la Audiencia de Gipuzkoa, sin presencia de público ni de medios de comunicación. Las tres han testificado ante el tribunal desprovistas de su mascarilla y en ausencia del acusado, que ha sido trasladado a una sala contigua donde ha seguido la sesión por videoconferencia, sin establecerse en ningún momento contacto visual con sus modelos.

La declaración de estas mujeres se ha prolongado durante toda la mañana en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, donde se han podido escuchar testimonios "sobrecogedores" que han concluído "entre sollozos", según reconocía en un receso el propio fiscal, Jorge Bermúdez, que pide para el acusado 121 años y medio de cárcel por 32 presuntos delitos de índole sexual.

El fotógrafo negó insistemente las acusaciones en su declaración del martes, asegurando que sus modelos "jamás han hecho nada que no quiseran hacer". El inculpado, en prisión preventiva desde hace casi cuatro años, insistió a preguntas de la fiscalía en que las jóvenes conocían cada uno de los detalles de los contratos firmados, en los que no figuran, según dijo, trabajos pornográficos.

Su relato de los hechos no concuerda con el que han ofrecido esta mañana las tres primeras víctimas que formularon acusación contra el fotógrafo por delitos de estafa, contra la intimidad y "corrupcción de menores por producción de pornografía infantil". Las acusaciones han asegurado al término de la vista oral que los testimonios han sido "muy creíbles", "congruentes" y sin contradicciones. Los medios de comunicación no han podido seguir la audiencia pública después de una jornada un tanto caótica con un sinfín de indicaciones en uno y otro sentido.

A LA ESPERA DE LAS PRUEBAS PERICIALES

En declaraciones a los periodistas al término de la vista oral, el fiscal del caso ha informado de que no contar con la "seguridad técnica" de que solo se escuchara el audio es la razón por la cual no ha sido posible autorizar la cobertura. Dicho esto, ha reconocido que tras escuchar los primeros testimonios le corresponde al tribunal valorar qué versión le ofrece más credibilidad, "pero sobre todo lo hará cuando tengan a su disposición las pruebas periciales".

El fiscal se ha visto obligado a hacer un receso después de cada declaración. "Les quería transmitir que debajo de una toga con puñetas no hay un robot sino una persona que siente y padece, y que tiene empatía por la situación que están atravesando. Les he pedido disculpas por anticipado por si hacía preguntas que podían resultar incómodas", ha señalado.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Efe, los hechos por los que hoy ha declarado la primera de las víctimas sucedieron en 2007, cuando ella tenía 18 años y el procesado supuestamente "le hizo firmar un contrato" y, sin informarle "suficientemente de lo que perseguía con el material" que iba obtener, llevó a cabo una sesión en la que realizó "cerca de 14 'sets'" de fotografías y vídeos en los que "aparecía desnuda".

El testimonio de esta mujer, como el de las otras dos modelos, "ha resultado tan verosímil como las primeras veces. Han sido declaraciones congruentes. En ningún momento han entrado en contradicción con lo que han venido manifestando", ha manifestado el fiscal.

Poco antes de que comenzara el juicio a las 9.30 horas solo han podido acceder al interior los medios gráficos, mientras que el resto de informadores aguardaba indicaciones.

Media hora después, la Audiencia de Gipuzkoa autorizaba la entrada. En principio, los informadores habían sido autorizados para tomar el audio de la sesión desde una sala anexa a la principal en la que se celebra el juicio.

El abogado de la acusación particular se ha negado, al tener constancia de que a lo largo de esta semana han accedido a la sala de vistas personas que, según él, no estaban acreditadas como periodistas. El tribunal ha resuelto finalmente que este jueves los medios no accedan.

La jornada comenzaba pronto en la sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa. Un cámara de televisión y dos fotógrafos captaban poco antes de las 9.00 horas el vehículo policial que trasladaba al fotógrafo donostiarra desde la cárcel de Martutene, donde está ingresado Kote Cabezudo desde hace casi cuatro años en prisión preventiva. Al acusado, de 74 años, que viajaba en la parte trasera del vehículo de cristales tintados, no se le ha podido ver en toda la mañana.

La presencia policial en las inmediaciones de la Audiencia de Gipuzkoa, con agentes apostados en algunas de sus esquinas, revelaba desde primera hora de la mañana la necesidad de adoptar medidas para garantizar la protección de las presuntas víctimas.

El juicio se reanudará el próximo lunes a las 9.30 horas en la sala principal de la Audiencia de Gipuzkoa con la declaración de más víctimas.