Desde finales de la década de los 80 se convirtió en el fotógrafo de moda, y actualmente está privado de libertad. En el plazo de dos meses finaliza para Kote Cabezudo los cuatro años de prisión provisional que constituyen el máximo permitido por la ley. El fotógrafo donostiarra ingresó en la cárcel de Martutene el 4 de mayo de 2018. Su reclusión fue prorrogada dos años después. Bajo acusaciones de dilaciones "francamente sospechosas", que podrían provocar que se agote la medida cautelar de prisión antes de conocerse la sentencia, arranca el lunes en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa la pieza principal del denominado caso Kote Cabezudo, casualmente, un día antes del 8-M, Día Internacional de la Mujer.

El fotógrafo donostiarra se sienta en el banquillo de los acusados por 32 presuntos delitos de índole sexual, pornografía infantil, estafa y contra la integridad moral de 16 de sus modelos. La investigación judicial de estos hechos, supuestamente cometidos entre los años 1992 y 2013, se ha prolongado durante nueve años, con uno de los sumarios más extensos que se han instruido en el territorio: 40 tomos y cerca de 15.000 folios.

En esta vista, el fotógrafo donostiarra se enfrentará a una petición de 121 años y medio de cárcel por parte de la Fiscalía. La acusación particular, que ejerce el letrado Mario Díez en representación de 17 mujeres, eleva su solicitud de condena hasta los 2.338 años de prisión, al imputarle numerosos delitos, entre los cuales destacan 152 de abuso sexual con penetración. El letrado sostiene que el modus operandi era "sistemático". Las víctimas, que en su mayoría no se conocen entre sí, relatan lo sufrido con una similitud, según sus palabras, "que pone los pelos de punta".

La acusación particular muestra su confianza en que durante las 20 sesiones del juicio se acredite "toda la parafernalia que Kote Cabezudo repetía una y otra vez, y que tenía siempre como objetivo la producción de pornografía infantil cuando se trataba de menores de edad". Las víctimas relatan en sus denuncias los mismos escenarios, "las mismas técnicas de manipulación", las mismas frases y hasta se repiten las mismas prendas que Cabezudo les proporcionaba de inicio, según indica el abogado.

El Ministerio Público también describe una forma de actuar muy similar en casi todos los casos. Las chicas, algunas de ellas menores de edad, firmaban un contrato en el que no eran informadas "suficientemente" de lo que se pretendía hacer con el material fotográfico obtenido.

PRIMERA DENUNCIA

El proceso se inició con una primera denuncia por los delitos de estafa y revelación de secretos después de que, en 2013, una joven reparara en que fotografías que supuestamente le tomó Cabezudo aparecían en páginas de contenido pornográfico. Comenzó entonces la instrucción del caso, que se cerró a finales del año pasado con un auto que procesó al fotógrafo por la presunta comisión de casi medio centenar de delitos. Tras esa primera denunciante, fueron apareciendo muchas más, con acusaciones tan graves como violación y abusos sexuales, la gran mayoría menores de edad en el momento de los hechos.

En mayo de 2018, tras la apertura de doce causas penales nuevas, el magistrado ordenó la prisión provisional para Cabezudo. Aquella ocasión era la décima petición de ingreso en prisión realizada contra el fotógrafo, quien en las nueve oportunidades anteriores había continuado en libertad.

El texto del Ministerio Público detalla que las imágenes en las que las presuntas víctimas aparecían desnudas, algunas captadas mientras se cambiaban, y "con exposición de sus partes más íntimas", presuntamente eran compartidas en la red. Presuntas víctimas del fotógrafo, unidas en la plataforma Indarka, han mostrado estos días su deseo de que el proceso judicial "acabe" y puedan continuar con sus vidas. Durante este tiempo han denunciado el "estremecedor silencio" de la sociedad donostiarra por este caso.