neritz Martín Díaz (Beasain, 2000) puede ser definida como heroína, superwoman, o, en su versión al castellano, súper mujer. Y no es únicamente por haber superado un tumor cerebral. Sobre todo, es por su actitud ante las adversidades que le ha planteado la vida.

En 2018, poco tiempo después de haber celebrado su 18 cumpleaños, Eneritz Martín recibió una de las noticias más duras y crueles de su vida, una noticia que ni en sus peores sueños pudo imaginar. Tras varias pruebas, analíticas y horas en centros médicos, los profesionales de la salud le comunicaron que padecía un tumor cerebral. La primera en saberlo fue su ama, Eva, una mujer fuerte, pero vulnerable ante el sufrimiento de su hija, y un pilar fundamental para Eneritz en todo el proceso de lucha y aprendizaje.

Eneritz Martín ha sido sometida a dos operaciones con el fin de erradicar esa enfermedad maligna que le diagnosticaron. La primera intervención fue el 26 de junio de 2018. La segunda, el 18 de diciembre de 2019. Y es que a pesar de haberse recuperado la primera vez, sufrió una recaída que le obligó a volver al terreno de juego y disputar otro partido decisivo. No obstante, a día de hoy, y desde el mes de marzo de 2021, Eneritz Martín está limpia de tumores.

El proceso por el que ha tenido que pasar esta beasaindarra de 21 años es complicado, severo e incluso inhumano; un proceso que impone y que da miedo enfrentarse a él. Sin embargo, Eneritz Martín rompe todos los moldes y hace ver a las personas que de todo se sale reforzado; que no hay mal que por bien no venga. "Ahora soy más feliz", dice.

"El cáncer me ha dado más cosas de las que me ha quitado", comenta. Y pone como ejemplo de ello las amistades. "Este proceso me ha enseñado a distinguir a las personas que de verdad me quieren y están sea cual sea la situación. Me he llevado decepciones, pero los amigos que he ganado compensan cualquier pérdida", añade visiblemente emocionada y profundamente agradecida.

Entre tanto, durante la entrevista, enseña un muñeco "especial", que se lo regaló una persona también "especial". Es un amuleto de Japón que representa el esfuerzo, la perseverancia y la tenacidad por cumplir los objetivos que uno se propone. "Cuando se tiene una meta o un objetivo que cumplir, se debe pintar el ojo izquierdo. Una vez cumplido el objetivo, se pinta el ojo derecho", explica. Hace referencia a un proverbio japonés: "Si te tropiezas siete veces, te levantas ocho".

Es el lema de vida de Eneritz Martín, que le ha hecho levantarse hasta de las peores caídas, le ha motivado a tener ilusión por vivir, por cumplir sueños y superarse día a día. Es de admirar su firmeza ante las desventuras. Ha tenido que empezar a vivir prácticamente desde cero, y lo ha conseguido. Ha vuelto a aprender a caminar gracias a largas horas de rehabilitación. Ha vuelto a aprender a hablar después de 30 sesiones de radioterapia. Ha vuelto a estudiar, a disfrutar. De hecho, está finalizando el grado de diseño mecánico. Y a su vez, se ha sacado el título de entrenadora de baloncesto.

El baloncesto es una de las grandes pasiones de esta beasaindarra; antes de la enfermedad, durante y después de ella. Además, el baloncesto y todo lo que le rodea le ha apoyado en todo momento y le ha hecho mantener la ilusión intacta. "Me gustaría volver a jugar a baloncesto, es un objetivo ambicioso que aun no he conseguido cumplir, pero que seguiré trabajando para alcanzarlo", anuncia.

En mayo de 2019, Ordizia Saskibaloi Elkartea celebró una fiesta solidaria por y para Eneritz. Más de 300 amantes del baloncesto provenientes de diferentes localidades de Gipuzkoa se juntaron para disfrutar de una jornada llena de deporte, buen ambiente y generosidad. El club de baloncesto ordiziarra recaudó más de 8.000 euros, cantidad que fue destinada íntegramente a la rehabilitación de Eneritz Martín. "No tengo más que palabras de agradecimiento", subraya.

Empezando a dar las gracias, Eneritz Martín no quiere olvidarse de una persona en especial, un hombre que le ha demostrado amor, bondad y solidaridad sin límite alguno. Esta buena persona es Jose Martin Mendia, una persona de edad avanzada que conoció la historia de Eneritz gracias a un reportaje publicado en NOTICIAS DE GIPUZKOA años atrás. Se le partió el corazón al descubrir la enfermedad que sufría la joven. "Consiguió mi teléfono y llamó a casa preguntando por mí. Quería conocerme y ayudarme de alguna manera. Nos reunimos y, desde entonces, siempre cuento con su apoyo", relata Eneritz. "Quiero darle las gracias por todo lo que ha hecho y se ha preocupado por mí sin apenas conocerme", añade. Es un gran gesto de una gran persona que pone en valor la importancia de actuar con gratitud.

"Me gustaría volver a jugar a baloncesto, es un objetivo ambicioso que aún no he conseguido"

"Ahora soy más feliz. El cáncer me ha dado más cosas de las que

me ha quitado"

Vecina de Beasain