La pandemia del coronavirus sigue en la Comunidad Autónoma Vasca bajo un manto de neblina que se irá aclarando en los próximos días y semanas. Así se deduce de lo que se vive en el sistema hospitalario vasco, donde confían en que el número de casos de esta sexta ola haya tocado ya techo o lo haga los próximos días, aunque eso no se percibirá en los propios hospitales hasta pasados diez o quince días.

"En esta última semana el crecimiento de casos no se ha detenido y el seguimiento es difícil, porque ha habido muchos festivos, y la fiabilidad de los datos es la que es: se hacen menos pruebas, otras muchas se realizan en casa€", explica el jefe de servicio de la UCI del Hospital Universitario Donostia, Felix Zubia, que tiene la "sensación" de que "en cuanto a número, no andamos muy lejos de tocar techo. O ya lo hemos tocado o lo haremos a lo largo de la próxima semana".

Zubia se fija en Reino Unido y Dinamarca, donde el avance de ómicron ha sido una semana o diez días antes que en nuestra sociedad: "Han tocado ese techo, aunque siguen en niveles altos los días siguientes. También parece que está ocurriendo algo parecido en Nafarroa. Creo que estamos ahora mismo tocando techo, o en esos niveles tan, tan altos. Seguir en esos niveles tan elevados sabemos que tiene sus consecuencias a los siete o diez días, un empeoramiento en el panorama de los hospitales".

"Tras una subida tan rápida en esta ola está por ver cómo será la bajada", ha avisado en Osasun Etxea de Euskadi Irratia antes de recordar que primero deberá darse una estabilización de casos: "Sería buena noticia que se diera en días laborables, porque después vendría esa bajada".

En primera instancia, que el número de contagios se mantenga estable "es difícil de interpretar, porque la capacidad de detectar es la que es, también hay muchos festivos de por medio, pueden estar escapando casos y el sistema no funciona de la misma manera. Interpretar esa cifra hoy es difícil. Si eso es así y se estabilizan las cifras, sería una buena noticia, porque después empezaría esa caída de positivos, aunque está a un nivel muy alto con lo que supondrá para los hospitales".

De nuevo por comparación con Reino Unido y Dinamarca, Zubia explica que son países que sí celebran Año Nuevo pero no los festivos posteriores que hemos tenido en Euskadi: "Vemos que están estabilizados, pero en niveles muy altos. Dinamarca me parece un país muy fiable, porque es pequeño y con gran capacidad de detección, y vemos que ha empezado a bajar muy lentamente. Esa estabilización, que espero que también suceda aquí, significaría que nosotros deberíamos entrar en ella esta semana y después, empezar a bajar".

Eso sí, el jefe de la UCI donostiarra avisa de que la realidad vasca tiene su propia particularidad respecto a la ventaja temporal que tenían otros países en los que ómicron se dejó notar antes: "Tenemos los porcentajes más altos de contagios de la UE, por lo que no sé si incluso nos hemos comido esa semana de ventaja que nos llevaban".

La situación hospitalaria empeora

¿Y qué ocurre en los hospitales? Aún es pronto para conocer los efectos de la nueva variante en nuestro sistema hospitalario, donde dos tercios de los cuadros con más complicaciones corresponde a personas no vacunadas. "No sé si la variante ómicron es más leve, que puede ser un poquito más leve que la anterior pero no tanto. Los que ingresan llegan con cuadros similares a variantes anteriores, no hay grandes diferencias", ha señalado Zubia, que avisa de que "las hospitalizaciones están creciendo, y mucho".

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"Primero crecen las hospitalizaciones ordinarias, con una situación no tan grave, y después, poco a poco, subirán los ingresos en UCI. Cuando la hospitalización es más bien ordinaria, la estancia en el hospital es breve y es más sencillo adaptarse a ellos. Cuando llegan a la UCI, los pacientes ingresan de media tres semanas y algunos, hasta dos meses", ha desarrollado Zubia, lo que le hace concluir que "nuestra salida es por lo tanto más lenta. Las cifras actuales son peores que las de verano y eso nos obliga a habilitar nuevos espacios, pero dentro de la planificación que está hecha".

La situación actual le lleva a Zubia a plantear una doble lectura. Por un lado, que la "capacidad de atender la situación está superada y hemos tenido que reabrir nuevas camas, con el consiguiente desastre que supone tener que detener otras funciones del sistema sanitario como retrasar las intervenciones quirúrgicas no esenciales". Por otro lado, que esas nuevas unidades reabiertas ya están contempladas en un plan general que aún tiene margen para seguir atendiendo una situación extraordinaria: "La situación es mala, lo es desde diciembre y va a peor. La sensación es que gota a gota, el vaso cada vez está más lleno".

"Estamos dentro de esa planificación", ha avisado Zubia, que considera que el sistema hospitalario ya está "por encima de nuestra capacidad habitual, al 150%". Ha desmentido que "no es verdad" que esta semana se haya cerrado alguna unidad: "La que hemos tenido que abrir sigue abierta, en una situación muy estable dentro de una situación muy grave".

La gran incógnita es hasta dónde crecerá la ola hospitalaria tras el gran incremento de casos. Una vez se registran los datos, su repercusión en el sistema hospitalario se empieza a percibir entre siete y diez días después, y en las UCI, algo más tarde. Para entonces, cualquier medida ya será tarde, explica Zubia: "Veremos si gota a gota el vaso se llena mucho más o no. Para nosotros diciembre ya fue duro y el próximo mes también lo será. Mi preocupación es cuánto más duro será. Ya dijimos que para cuando se aclare la situación será tarde para tomar medidas".