- “Hace 40 años empecé yo solo, luego éramos dos médicos y ahora hay tres consultas con médicos y enfermeras y cada una con su propia cartera de pacientes. Hemos avanzado, pero hay que seguir avanzando”, comenta el doctor Marín Paredes, que se despide del hospital dejando la Unidad del Dolor “bien organizada”. “O eso creo”, sonríe con la tranquilidad del trabajo bien hecho.

Para que una dolencia sea considerada dolor crónico deben de cumplirse los siguientes criterios: “Dolor crónico intenso e incapacitante, rebelde al tratamiento convencional y en general al que se pueda aplicar una técnica intervencionista”. Curiosamente, el dolor crónico no fue considerado una enfermedad como tal hasta el año 2011. Cuando un dolor se considera crónico el paciente debe asumir “que no va a desaparecer y que el objetivo será mitigarlo con un tratamiento continuado”, señala el doctor Marín Paredes. Se calcula que “el 30% de la población” sufre en algún momento de su vida algún dolor crónico de mayor o menor intensidad. “Los costes para el sistema laboral y sanitario son enormes”, señala este médico donostiarra.