- La donostiarra, que lleva ejerciendo la profesión desde 2003, es la primera mujer en este cargo no solo en Gipuzkoa, sino en toda Euskadi. Una evolución "natural" en un trabajo cada vez con más presencia femenina y que tanto Nagore como su Junta quieren dar a conocer porque consideran que, en general, hay un "gran desconocimiento" entre la población sobre la labor que pueden hacer los aparejadores o arquitectos técnicos.

Que usted sea presidenta del Colegio Oficial de Gipuzkoa es un paso lógico en la evolución que ha experimentado su profesión.

-Sí, yo creo que es un proceso natural. Antes los aparejadores eran casi todo hombres y luego fueron entrando las mujeres, lo que hace que nos acerquemos a la paridad, aunque aún no es total. Pero esa igualdad que se va adquiriendo se nota en el ámbito profesional. Lo mío ha sido algo natural, estaba en la Junta, luego fui secretaria, no seguía el que estaba en la presidencia y yo estaba ahí.

El Observatorio de Igualdad de Género del sector de la edificación dice que hace 20 años el porcentaje de mujeres en la profesión era de un 7% y que ahora es del 21%, según cifras de 2019.

-Había una necesidad ahí y se creó el observatorio de género a nivel estatal. No hay una igualdad, pero sí creo que estamos en el camino. Es algo que se ha hecho de forma natural, sin forzar nada, simplemente cada vez han ido entrando más mujeres en esta profesión.

¿Por qué es una profesión a la que las mujeres les ha costado tanto dedicarse?

-Estamos en la obra y antes esto se veía como una profesión mucho más masculina. Luego se fue profesionalizando, en el sentido de que empezamos a abarcar más cosas, y fueron entrando mujeres. También con el boom de la construcción más gente quiso estudiar carreras profesionales relacionadas con el sector y ahí empezaron a estudiar la carrera más mujeres. En construcción no ves casi mujeres por ejemplo en el sector de encofradores o en el de fontaneros, por decirte dos ejemplos, pero en la arquitectura técnica ya hay más presencia.

El informe del Observatorio también dice que el 75% de las mujeres estiman que han tenido "más dificultades que los hombres" para acceder a un puesto de trabajo. ¿Lo siguen percibiendo así?

-Supongo que habrá de todo. A mí no me ha pasado. No me he sentido nunca discriminada, creo que se valora la profesionalidad por encima de cualquier otra cosa. ¿Que puede haber gente que note eso, no solo en nuestro sector, sino en cualquiera? Puede ser, pero no es generalizado. Es mi punto de vista, si preguntas a otra puede haberle pasado.

Hace poco comentó usted que hay un gran desconocimiento sobre el oficio de aparejador o arquitecto técnico. ¿Cómo lo puede describir?

-Nuestra profesión está para ayudar a una persona que vaya a hacer una obra, que vaya a construir viviendas, o que quiera reformar su casa o la fachada del edificio. Ayudar a que lo haga de la mejor manera posible y en las mejores condiciones conómicas. Nos encargamos de la ejecución de la obra, de que se hagan las cosas bien, como quiere el arquitecto que lo ha diseñado, de cara a que luego no haya problemas. Si una comunidad quiere hacer una obra en la fachada y nos contrata, nos encargamos de que esa fachada se haga bien, como se tiene que hacer. Es verdad que también hay tasadores, hay aparejadores que se dedican a reformas interiores... abarca muchas cosas, pero lo fundamental es que nuestra supervisión tiene que garantizar la correcta ejecución de las obras.

Ustedes están a pie de obra.

-Hay un jefe de obra, que también puede ser aparejador, pero nuestro trabajo es que el proyecto se ejecute bien, nosotros debemos dar esa garantía profesional. El arquitecto proyecta y los que nos encargamos de que eso se haga bien somos los aparejadores.

También pueden ayudar en la petición de subvenciones, por ejemplo en obras de fachadas, muy habituales en comunidades de vecinos.

-Nuestra figura es tan desconocida que a lo mejor le dices a la comunidad que contratarte cuesta por ejemplo 1.500 euros y les parece caro, pero puedes conseguir subvenciones de 20.000 euros. Estamos para ayudar a que la obra vaya bien y económicamente lo más viable posible.

Tienen una Junta de seis personas paritaria y aglutinando varias de las opciones profesionales que tienen los aparejadores.

-Para dar el mejor servicio posible tenemos que conocer cómo está el sector y abarcar las distintas salidas profesionales que hay. Tenemos una aparejadora municipal, que es una técnica del ayuntamiento, luego está la parte del contratista, luego la parte del promotor que es todo gestión... Y luego estamos los liberales, que hacemos de todo: reformas, ejecución de obra...

¿Qué quiere conseguir como presidenta del Colegio?

-Lo que quiero es que nuestros colegiados, que son los que pagan la cuota, vean el Colegio como un valor añadido para ellos, donde se pueden apoyar, apuntarse a cursos que les pueden venir bien. Antes todo el mundo se colegiaba al terminar la carrera y ahora eso se está perdiendo. Y me gustaría recuperarlo, que el colegiado crea que es un dinero bien invertido.

¿Publican también ofertas de trabajo para sus colegiados?

Publicamos un montón de ofertas de trabajo, además con la garantía de estar revisadas por nosotros. Después de la crisis de la construcción, en nuestra profesión hubo un parón en las matriculaciones y se está notando. Pensábamos que podía llegar un momento que hubiese más demanda que oferta, pero espero que no porque se está recuperando poco a poco el número de matriculaciones, aunque es una recuperación muy lenta. La profesión está en un buen momento, hay mucha demanda de aparejadores.

"Estamos en la obra y eso antes se veía como una profesión más masculina. Al abarcar más cosas fueron entrando las mujeres "

"Estamos para ayudar a que una obra vaya bien, se ejecute correctamente y económicamente sea

lo más viable posible"

"Después de la crisis de la construcción, en nuestra profesión hubo un parón en las matriculaciones y la recuperación es muy lenta"