arta Cordero acaba de cumplir 50 años, tiene dos niños, y todos los días coge su bici en Beasain para desplazarse en tren hasta Donostia, donde comienza su jornada laboral. “Sí, trabajo para Glovo desde hace ya un año, y estoy encantada de la vida”, sonríe de un modo contagioso. Tanto es así que incluso baraja la posibilidad de fijar su residencia en Donostia.

Esta beasaindarra desmonta prejuicios sobre la precariedad que denuncian los sindicatos por las condiciones laborales que ofrecen este tiempo de empresas digitales.

Después de muchos años en el sector de la hostelería, llegó la pandemia y decidió reorientar su vida laboral a golpe de pedal. “Para mí este trabajo tiene la combinación ideal. Se trabaja duro, es verdad, y aquí la gente es muy currela, pero todos los empleos son así”, confiesa mientras despide a un colega latinoamericano que atiende un pedido y no tiene tiempo de charlas.

De alguna manera, dice esta mujer, como si fuera la madre de algunos compañeros de trabajo noveles, se trata de ir ganando puntos hasta que se estabiliza poco a poco la situación. “Se habla muy mal de este tipo de trabajos, pero la verdad es que he metido muchas más horas trabajando en la hostelería que para Glovo. Mi idea es ir evolucionando y con el tiempo comprarme una bici eléctrica”.

Explica que combina el trabajo de rider con el de hostelera, pero que se decanta por el primero sin dudar. “Mucha gente me dice que me ven encantada. Yo les digo que mi trabajo consiste en andar en bicicleta. No sé, mucho peor tiene que ser pasarte tres meses en alta mar”, sonríe.

Cordero lo tiene claro. “Estoy a media jornada. Con los tiempos que corren, necesitas varios trabajos para mantener una vida digna. Yo he encontrado una mayor flexibilidad de horarios con Glovo, y aquí asalariado no quiere ser nadie. El que no esté a gusto, que se vaya”.

Contra el desafío de la ley

“¿Pero qué derechos?”

Glovo anunció hace un tiempo el lanzamiento de un nuevo modelo de autónomo “inédito en España” y la contratación de 2.000 trabajadores antes de que finalice 2021 para adaptarse a la normativa.

Hace un par de días, CCOO de Catalunya informó de que ha presentado dos denuncias ante la Inspección de Trabajo contra Glovo por presuntamente incumplir los derechos laborales de sus trabajadores y “desafiar la ley rider abiertamente sin hacer el intento de adaptarse a la normativa”. Las denuncias son para que se produzca el reconocimiento de los trabajadores autónomos como asalariados y por el “intento de estas empresas de dar cobertura a su estructura sin la laboralización efectiva, ya sea con la subcontratación o ETT.

Lo curioso es cuando se habla de todo ello con los propios trabajadores. “Los sindicatos defienden nuestros derechos, ¿pero qué derechos cuando vamos a dejar de cobrar lo que venimos ganando hasta ahora? Mis derechos se acaban cuando no llego a fin de mes”, dice Cordero.

Entretanto, el sindicato ELA anunció ayer que velará por el cumplimiento de la legislación en todos los casos y combatirá la vulneración de la ley que afecte a estos trabajadores. En un comunicado, defendió que quienes trabajan en estas empresas de distribución no ejercen una labor autónoma, sino trabajo por cuenta ajena, y deben tener las mismas garantías y derechos que quienes trabajan para una empresa. LAB tiene previsto hacer hoy una valoración.

“La gente me ve encantada y yo les digo que mi trabajo es andar en bici, que peor tiene que ser pasarte tres meses en alta mar”

“¿Qué derechos defienden los sindicatos cuando al final vamos a cobrar menos que ahora?

‘Rider’ beasaindarra de 50 años