- Solo siete ciudades, entre ellas Donostia e Irun, de un total de 144 analizadas en el Estado español, autorizan que los perros viajen en sus autobuses urbanos sin necesidad de que vayan dentro de un transportín, mientras que otras 43 prohíben expresamente la entrada de estas mascotas.

Esta es la conclusión de un estudio realizado por Pablo Muñoz, creador de la guía Pipper on tour, quien ha recorrido 50.000 kilómetros visitando los 100 principales destinos del Estado junto a su compañero Pipper, “el primer perro turista”, para contar cómo se integra a este animal de compañía en cada una de las ciudades.

El estudio, publicado ayer, señala que, entre las 144 grandes ciudades de más de 50.000 habitantes que tienen servicio de autobús urbano, el acceso a perros sin necesidad de transportín está permitido en Donostia, Irun, Cartagena, Fuengirola, Ourense, Palma de Mallorca y San Cugat del Vallés. A su vez, Alcoy (Alicante) y Mérida (Badajoz) también lo contemplan en sus ordenanzas municipales, pero todavía no lo han puesto en práctica.

“Las normas varían en función del ayuntamiento y la empresa de transporte”, explica Muñoz, pero todas coinciden en la obligación de que el dueño lleve la documentación sanitaria del perro al día y tenga al animal limpio y atado con una correa corta, señala.

El bozal es obligatorio en todas las ciudades salvo en Donostia, donde estas mascotas han de ir en brazos de sus propietarios y por ello no tienen necesidad de llevarlo.

Las normas también contemplan la limitación del número de perros en el autobús (uno en Cartagena, dos en Irun y Ourense y cinco en Fuengirola); la prohibición de la entrada de perras en celo (en Irun y Fuengirola) y de razas peligrosas (Fuengirola y Palma) o la limitación del acceso por tamaño (en Donostia solo se permiten perros pequeños y en Fuengirola de hasta 25 kilos).