- El cerco policial se fue estrechando conforme pasaban las horas hasta que finalmente fue arrestado enarrestado pleno centro de Donostia. Agentes la Ertzaintza detuvieron ayer por la tarde en el barrio de Gros a Pedro María R. J, el presunto autor del homicidio de su cuñada María Pilar Berrio, acuchillada en presencia de sus dos hijos en la localidad navarra de Murchante.

El detenido, un hombre de 41 años, se reveló muy escurridizo y fue necesaria una ardua investigación de la Ertzaintza en estrecha coordinación con la Policía Foral de Navarra. Durante más de 30 horas mantuvo en jaque a la policía hasta que finalmente fue localizado a las 19.30 horas por agentes de paisano mientras esperaba su turno para cortarse el pelo, que llevaba recogido en una coleta, en una peluquería de la calle Pasaia del barrio donostiarra, donde el fugado acudió para cambiar su aspecto físico, según dio a conocer el Departamento de Seguridad.

Con un largo historial delictivo a sus espaldas, el hombre trató de burlar durante todo el día el dispositivo policial desplegado en Donostia, donde se sabía que el presunto homicida trataba de buscar una salida, dejando evidencias a su paso conforme discurrían las horas. Fue una persecución casi al milímetro por diferentes enclaves de la ciudad, hasta ser reducido por agentes de protección ciudadana de la Ertzaintza en el barrio de Gros.

La Policía Foral, encargada de la investigación, había emitido una orden de detención europea de este hombre calificado como muy peligroso al que se buscaba tras el crimen perpetrado el miércoles en la localidad navarra de Murchante, cuando embistió con su turismo el vehículo conducido por María Pilar Berrio Jimenez, su cuñada, y acto seguido le hirió mortalmente con un arma blanca . El crimen fue perpetrado en presencia de los dos hijos menores de edad de la víctima, de 5 y 9 años, que viajaban con ella en un coche Opel Vectra. Seguidamente, el hombre se subió en su turismo y se dio a la fuga a bordo de un Peugeot 206 localizado ayer en Legazpi.

El presunto asesino pidió ayer a primera hora de la mañana un taxi después de haber pasado la noche alojado en una pensión del barrio donostiarra de Amara. El presunto homicida se desplazó al barrio de Igara.

La Ertzaintza recabó el testimonio del chófer, que dijo haber trasladado a un hombre "visiblemente nervioso", un varón de pelo largo y barba cuya descripción coincidía plenamente con la de Pedro María R. J. Se bajó del vehículo en dirección a un concesionario de Volkswagen cercano, al parecer, con una importante suma de dinero en metálico.

DNI en la pensión

La Ertzaintza tuvo constancia de que este hombre, tras dejar el taxi, aguardó durante unos minutos frente al escaparate de este negocio con la intención, al parecer, de adquirir un vehículo de segunda mano. No eran más que las 8.30 horas. Al comprobar que el negocio seguía cerrado abandonó a pie el lugar.

El sospechoso fue dejando pistas durante todo el día y su detención era cuestión de tiempo. Para alojarse en la pensión de Amara mostró su DNI sin despertar ninguna sospecha entre el personal de la recepción, según revelaron a este periódico fuentes de la investigación.

Los establecimientos de hospedaje están obligados a llevar un registro documental de los viajeros, el cual debe ser comunicado a la Dirección General de Policía. Hay un plazo de 24 horas para ello. Esta gestión se realizó ayer por la mañana, y la alerta no se activó hasta las 9.00 horas.

Para entonces, Pedro María R. J. ya había abandonado la pensión, después de pedir un whisky. En la cabeza de este hombre solo cabía la huida. La secuencia de hechos revela que en ningún momento mostró intención de entregarse.

El presunto asesino, cuñado de la víctima, sabía que la policía estaba siguiendo sus pasos y tras un intento infructuoso por hacerse con un vehículo de segunda mano en el entorno del concesionario se desplazó hasta el barrio de Lugaritz, donde sustrajo un vehículo de la Ertzaintza. En concreto, un Seat Leon de color verde con las llaves puestas, y sin identificativos policiales, que en esos momentos estaba siendo reparado en un taller.

Agentes de la Ertzaintza establecieron un amplio dispositivo controlando los vehículos en varias zonas, como en el Infierno, en la salida de Donostia, donde varias patrullas controlaron a los ocupantes que entraban y salían de la capital guipuzcoana por este punto.

Hacia las 11.00 horas fue localizado el Peugeot 206 en el que emprendió la huida desde la localidad navarra tras el crimen. El turismo estaba estacionado en Legazpi, localidad próxima a Zumarraga, en la que reside parte de la familia del presunto criminal.

Las pesquisas policiales de los agentes de la Unidad de Investigación Criminal de la Ertzaintza, en colaboración con la Policía Foral de Navarra, permitieron dar con el turismo de color gris en la GI-2630, donde se desplazaron efectivos de la Unidad de Policía Científica.

Posteriormente se dio aviso a la brigada de la Policía Foral para trasladar el vehículo a las dependencias policiales con el fin de llevar a cabo una inspección ocular que permitiera recabar mas datos sobre el crimen.

La investigación, bajo secreto de sumario, seguía su curso y cada vez estaba más cerca el arresto del sospechoso, un hombre de 1,61 metros de estatura, pelo castaño oscuro, largo y en forma de melena cuyos antecedentes policiales hacían extremar toda precaución.

Al parecer, el presunto homicida vivía a caballo entre Gipuzkoa y Navarra. Se trata de un hombre calificado como "muy peligroso" que, según fuentes de la Policía Foral, ha sido arrestado en ocho ocasiones y cuenta con 34 expedientes abiertos por denuncias administrativas en la Comunidad foral.

El supuesto autor del crimen, de 41 años, también fue investigado en 1998 por el asesinato de la empleada de una gasolinera situada en Ikaztegieta, junto a otras dos personas, entre ellas el presunto autor material de los hechos. En 2000 fue juzgado en Donostia y el jurado popular halló no culpables a los tres acusados, que se negaron a declarar en la vista.

Durante la jornada de ayer fueron múltiples las muestras de condena. La Diputación de Gipuzkoa mostró su "indignación y repulsa más firme". El alcalde de Zumarraga, Mikel Serrano, también expresó su "profunda preocupación e indignación" por el asesinato.