Una semana de estancamiento en la evolución epidemiológica del coronavirus en Gipuzkoa deja una situación de incertidumbre en el territorio. En las oleadas precedentes nunca se había visto un comportamiento similar, ya que cuando la curva de contagios alcanzaba su punto más bajo, automáticamente iniciaba un camino ascendente que solo, en alguna jornada aislada, mostraba algún que otro altibajo. En la actualidad, sin embargo, el pasado miércoles 26 de mayo -un mes después de llegar al punto máximo de esta cuarta ola- Gipuzkoa alcanzaba la tasa de incidencia más baja de este último periodo (203,34 casos por cada 100.000 habitantes en 15 días). Desde entonces, en lugar de emprender un camino al alza, como en situaciones anteriores, la cifra se ha estancado con oscilaciones porcentuales diarias muy pequeñas, de entre un 0,1 y 1,8%. Una incidencia acumulada en Gipuzkoa de 211,67 casos es la última cifra que se acaba de conocer, correspondiente a los datos de este miércoles y casi calca la del día anterior: 211,95. Respecto a la del 26 de mayo, apenas se ha incrementado un 4,1% y lo ha hecho, además, de manera oscilante, con subidas y bajadas en los datos diarios que ofrece el Departamento de Salud del Gobierno Vasco.

No obstante, hay dos variables enfrentadas que, hasta ahora, no se habían dado desde que la pandemia del covid-19 se extendió en nuestro territorio. La vacunación, sin duda, es el factor más importante y que más influencia tiene en poner freno a la expansión de la enfermedad y en evitar que la incidencia acumulada se dispare. Más de medio millón de vascos han completado la pauta de dos dosis de la vacunación y se han inyectado en Euskadi más de 1,4 dosis. La semana que viene, de hecho, se producirá otro hito en este proceso de inmunización al comenzar a vacunar a las personas de 49 años, entrando en una nueva década y otro sector de población.

A pesar de este avance significativo en el porcentaje de población inmunizada, la expansión del virus no está en recesión. Al contrario, como dijo este miércoles la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha dado muestras de repuntar. Y ahí entra en juego el segundo factor que influye en la evolución de esta cuarta ola pandémica: la relajación de las restricciones a raíz del levantamiento del estado de alarma. Sin toque de queda, sin confinamientos perimetrales ni restricciones en la práctica deportiva de exteriores y con un horario más amplio en la hostelería y en el ámbito cultural -hasta las 24.00 horas desde este miércoles-, solo el uso obligatorio de las mascarillas y las limitaciones de aforo en establecimientos comerciales, bares, restaurantes, lugares de culto y polideportivos nos recuerdan que seguimos en situación pandémica y que debemos mantener las medidas de autoprotección frente al covid-19.

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