DONOSTIA- Cosme no va a parar ahora. Con ocho años, ha desatado una ola de solidaridad inesperada, y el lunes se presentó con su familia en el almacén del Banco de Alimentos de Gipuzkoa para entregar casi media tonelada de comida que ha recogido durante dos semanas entre familiares y amigos del colegio San Patricio de Donostia en el que estudia tercero de Primaria.

La sorpresa de los voluntarios del Banco de Alimentos fue mayúscula. Su presidenta, Belén Méndez de Vigo, lo recuerda como un momento muy "emocionante": "Yo estaba en la oficina y la jefa del almacén me dice: hay una familia y viene a hacer una donación, bajé y cuando veo un todoterreno lleno hasta arriba y esta señora que me dice (María la madre de Cosme): es que el niño ha hecho una colecta, que quería hacer algo, ha llamado a su familia, a sus amigos y hemos juntado 475 kilos de comida".

Entre todos descargaron dos "palés grandísimos" y "los niños también ayudaron" a descargar cajas. "Todos los del banco estábamos emocionados y uno de los chóferes les llevó luego donde unas monjas (e Ategorrieta) que tienen un comedor y hacen comidas para las personas que lo necesitan", asegura la presidenta del Banco de Alimentos. "Ríete tú de Superman y de Batman, tú sí que eres un héroe, Cosme", le dijo Belén Méndez de Vigo al pequeño.

La idea de Cosme surgió de "la manera más tonta" y fue tomando cuerpo sin apenas darse cuenta. "Lo increíble es que haya tenido tanta repercusión. Cuando empezamos, ni se nos pasó por la cabeza que podríamos reunir tanta comida", reconoce María, la madre.

Su proyecto, cinco bolsas para cinco familias (5x5), parte de un "niño superempático", un pequeño donostiarra que no entendía la situación, ni soportaba el desasosiego que le produjo ver en la televisión una dolorosa noticia que se produjo hace casi un mes y recorrió las pantallas de medio mundo: la de un niño nicaragüense de diez años abandonado nada más cruzar la frontera de México con EEUU. Llevaba cuatro horas caminando en la noche hasta que se acercó a un agente aduanero a pedir ayuda, llorando. Las imágenes remueven conciencias.

Cosme quería ayudar a niños como aquel. Y quería hacerlo "de forma activa". Pero, ¿qué podía hacer un pequeño que no ha cumplido los nueve años sin ayuda? Madre e hijo se cruzaron una promesa, hicieron un trato y con ello Cosme ya se había ganado una aliada de lujo. La maquinaria se puso en marcha. Grabaron un vídeo en el que Cosme y su hermana menor,Telma, de seis años, piden ayuda a sus amigos y amigas. Tuvo efecto. WhatsApp y la solidaridad de las personas, de decenas de niños y niñas, hicieron el resto.

"Los amigos de Cosme me daban bolsas de comida, puerta a puerta, y los padres metían alimentos en la mochila del cole de sus hijos para que se lo pasasen a Cosme. Han participado prácticamente todos", afirma la madre. Los profesores, sobre aviso. No se trataba de contrabando. También han recibido donaciones. "Nos hacían bizum", admite María, que guarda todos los tickets de compra y justificantes. "Ha sido increíble, de la manera más natural, hemos conseguido implicar a un montón de gente. Los padres me han trasladado que a los niños les ha llegado el mensaje y que tenían ganas de hacerlo. Ven que eso es bueno".

1.300 pañales

Fueron captando kilos y kilos de alimentos que fueron almacenando en casa, y también 620 euros en donativos. Un dinero que el sábado por la mañana tuvo el mejor de los destinos: la familia se iba de compras. Con el joven Cosme al frente de las operaciones, llenaron cuatro carros hasta arriba en el Mercadona y otro de pañales en el Lidl.

El propio Cosme contaba el fajo de billetes con el que pagó en el primero de los establecimientos, 520 euros a tocateja, en "latas de atún, conservas, arroces, cereales, pastas y otros alimentos". Entre ellos, "muchas galletas", reconoce la madre, a petición expresa de los niños. Sus gustos son los de muchos niños y niñas. Una "compra inteligente", calculadora en mano, que se completó con 1.300 pañales.

"Ha sido un trabajo en equipo. Los pequeños de la casa haciendo correr el mensaje entre sus amigos, pregonándolo por el cole", la madre divulgándolo por redes sociales y el padre, Cosme también, "deslomado descargando las bolsas de la compra y cargándolas luego al vehículo".

Este pequeño "héroe" y su familia no son habituales del Banco de Alimentos, pero su vínculo se ha estrechado con esta iniciativa. "Cosme quiere seguir con su proyecto 5x5 y nos ha propuesto recaudar mantas y sacos de dormir para el invierno que viene", asegura la madre. "Ha sido una gozada conocer el Banco de Alimentos. Es una pena que no se conozca más", añade María.