- La pandemia ha dejado una estela de gran tristeza en las residencias de mayores, con un reguero de personas contagiadas y fallecidas. Pero en 23 de los 65 centros del territorio el covid no ha conseguido entrar, como en el de San Juan de Zumaia, con 47 personas residentes y medio centenar de trabajadoras. Su directora, Aitziber Gordaliza, comparte su experiencia con NOTICIAS DE GIPUZKOA.

Una residencia sin positivos. ¿Cuál ha sido la clave?

-La responsabilidad de todas las personas que trabajan en el centro y el cumplimiento de los estrictos protocolos de seguridad marcados por la Diputación y la empresa gestora, Zaintzen, han tenido mucho que ver con haber llegado a este punto de la pandemia libres de covid-19. Como medidas de prevención hemos realizado test PCR privados a residentes y personal profesional cada quince días, y hemos mejorado nuestros sistemas de limpieza y desinfección para hacer de nuestras instalaciones un espacio lo más seguro posible.

¿Cómo ha ido el proceso de vacunación de usuarios y trabajadoras?

-El viernes 5 de febrero la mayoría recibimos la segunda dosis de la vacuna frente al virus. Además, se administró la primera a quienes en enero no pudieron recibirla por diferentes motivos y continuamos dentro del ciclo de vacunación para conseguir que la gran familia formada en la residencia San Juan Egoitza consigamos ser inmunes.

¿Qué expectativas ha generado la llegada de la vacuna?

-Miramos a esta nueva etapa que se abre ante nosotros con mucha ilusión y esperanza desde la tranquilidad de haberse protegido con la mejor herramienta frente al virus, la vacuna. Ojalá poco a poco toda la sociedad pueda sentirse así.

De momento, los protocolos se mantienen. ¿Existe cierta frustración?

-La verdad es que no. En las residencias ya sabíamos que, pese a la vacuna, habría que continuar con todas las medidas higiénico-sanitarias por prevención. Lo que sí esperamos con ganas es que este año sea una época de transición a la normalidad para poder volver a hacer lo que tanto echamos de menos.

¿Cuál es el estado anímico de la plantilla?

-Tenemos motivos para estar alegres. Ha sido un proceso muy duro y que se ha hecho muy largo, y en ello seguimos, pero el equipo ha dado el callo en todo momento y ha hecho todo lo que está en su mano para que el virus no llegase a afectar a las personas mayores que tenemos en la residencia.

¿El papel y la complicidad de las familias ha sido clave en todos estos meses?

-Contar con su respaldo en estos momentos de pandemia es vital para toda la residencia. El agradecimiento que muestran hacia el trabajo que se desempeña en el centro es un empujón para continuar día tras día haciendo nuestra labor con el mayor de los compromisos hacia la seguridad y bienestar de las personas residentes.

"Como medida de prevención hemos realizado test PCR privados a residentes y personal profesional cada quince días"

"Esperamos que este año sea de transición a la normalidad para poder volver a hacer lo que tanto echamos de menos"