- En todo este tiempo se han confirmado como espacios seguros frente a la propagación del COVID-19. Sin embargo, los efectos navideños de la pandemia también están golpeando a las puertas de los colegios y, en consecuencia, de centenares de familias. Y es que, como reconoció ayer el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, los centros educativos son un fiel reflejo de la sociedad y de los municipios donde se localizan. Cuando la tasa de contagio comunitario crece, las cuarentenas y aislamientos también.

El último dato aportado ayer por el consejero de Educación apunta a un total de 708 personas que entre los días 7, 8 y 11 (fechas en las que se ha retomado la actividad escolar, según cada centro) han cogido la baja y, en consecuencia, han debido ser sustituidos por otros docentes. El nuevo sistema para agilizar las suplencias ha permitido que la actividad docente apenas se haya visto trastocada.

Bildarratz se mostró cauteloso ante los daños colaterales que una pandemia in crescendo pudiera tener sobre el sistema educativo. Solo 13 aulas (el 0,07% del total) permanecían cerradas este pasado martes, pero estas cifras (y las correspondientes a docentes con parte de baja) bailarán durante las próximas semanas. “Tendremos que esperar un par de semanas para ver dónde nos colocamos”, apostillaba Bildarratz.

El consejero indicó que, efectivamente, se ha producido “un incremento” respecto al año pasado, por la “situación diferente” al curso precedente, pero es “un dato bastante similar” al registrado entre septiembre y diciembre. “Al igual que ayer teníamos 13 aulas cerradas, ya les digo que semana que viene no vamos a estar con 13 aulas cerradas. La semana que viene, estaremos en otro ratio totalmente diferente y será la consecuencia de la realidad que estamos viviendo en la sociedad”, insistió Bildarratz.

A juicio del consejero, si se está produciendo un incremento en las tasas de contagio “por las fechas” pasadas, en los centros educativos también “se va a ver”.