- La Nochevieja más solitaria y silenciosa de los últimos años como consecuencia de las restricciones sanitarias obligadas por la virulencia del COVID-19 transcurrió ayer sin demasiados problemas. La sociedad en general fue consciente de la situación y respetó las normas impuestas por el Gobierno Vasco de no salir a la calle después de las 00.30 horas y del cierre de la hostelería y comercios a partir de las 18.00 horas. Qué duda cabe que el adverso clima nocturno, con bajas temperaturas, lluvia y viento helado coadyuvaron a que las restricciones fueran más llevaderas. Aún así, muchas cuadrillas se inventaron un sucedáneo de celebración, al que se bautizó como Tardevieja, y que comenzó antes de que tuvieran que cerrar los locales hosteleros. Algunos siguieron por la calle de celebración hasta la hora de cenar, evitando las patrullas policiales que vigilaban la generación espontánea de botellones.

Y luego estuvieron los insolidarios que se saltaron a la torera la indicaciones y montaron fiestas clandestinas bajo techo. Algunos con nocturnidad y alevosía.

Sobre las 3.30 horas, la Ertzaintza tuvo que intervenir en una casa rural de Urola Kosta. Los agentes de Protección Ciudadana de la zona identificaron a 20 personas, las cuales han sido propuestas para sanción por incumplir la normativa.

No fue el único incidente de la noche. Según informó este viernes la Guardia Municipal de DonostiaDonostia, sus agentes intervinieron en once fiestas que se celebraban en viviendas y locales. En la mayoría de los casos, actuaron alertados por los vecinos, que se habían quejado previamente por el ruido que salía de estas viviendas.

Además, durante la noche, once personas fueron denunciadas por hacer botellón en la calle, 19 por incumplir el horario límite establecido para permanecer en la vía pública y 25 por estar en grupos de más de seis personas. Asimismo, tres personas fueron sancionadas por no llevar la obligatoria mascarilla, dos por hacer explotar petardos en la vía pública y tres por conducir bajo los efectos del alcohol.

En Bilbao, la Ertzaintza sancionó a 21 personas por montar una fiesta en tres habitaciones de un hotel. Fue el propio recepcionista del establecimiento el que sobre las 3.30 horas de la madrugada avisó a la Ertzain-tza del ruido que se estaba montando en esas dependencias, en las que se pudo comprobar que había más personas que las previamente registradas. Incluso tuvieron la osadía de no esconderse y acceder a la planta donde estaban las habitaciones por el propio hall del hotel.

La Policía Municipal de la capital vizcaina también tuvo trabajo pero mucho menos que si hubiera sido una Nochevieja sin coronavirus. Según indicaron fuentes municipales "no se registraron avisos por fiestas organizadas" aunque "sí hemos recibido una veintena de llamadas por quejas de ruidos en viviendas por supuestas celebraciones, pero ninguna conflictiva y que se han resuelto sin mayor consecuencia".

Las ganas de fiesta se les cortó también de manera radical a un grupo de otras quince personas en Gasteiz. En esta ocasión fue la Policía Municipal la que abortó la fiesta clandestina al parar en un control rutinario a un conductor que arrojó un tasa de alcohol superior a la permitida.

Ante la pregunta de dónde venía en ese estado, no se cortó a la hora de delatar la ubicación del jolgorio, una nave industrial ubicada en el polígono de Aligobeo, a las afueras de Gasteiz. Los agentes acudieron al lugar y sancionaron a todos los presentes.

Además, la Ertzaintza también identificó y propuso para diversas sanciones a otras 40 personas por incumplimiento de la normativa sanitaria en pisos o casas de Bilbao, Donostia, Deba y Aramaio. Se expedientó, además, a varios locales de hostelería por exceder el límite de aforo en la tarde antes de cerrar. En total, fueron 81 las personas multadas por la Policía vasca.

La Nochevieja de ayer será recordada por la ausencia de personal en la calle por un toque de queda que se respetó en términos generales sin problemas.

Desde principios de semana la Policía Vasca ha realizado una labor concienzuda para saber quién se hospedaba en diferentes alojamientos para evitar posteriores fiestas clandestinas.

Muchas cuadrillas de jóvenes y no tanto quedaron a media tarde para celebrar la despedida del año y apuraron la estancia en la calle hasta las uvas.

200

Son las intervenciones efectuadas por la Ertzaintza y las policías locales para desactivar fiestas ilegales o desobediencias del toque de queda hasta las 00.30 horas.