El comercio local sufre las consecuencias de la pandemia. No es un sector afectado de forma directa por el COVID-19 como puede ser la hostelería cerrada este otoño durante cinco semanas, más en algunas localidades en peor situación epidemiológica o un turismo que está bajo mínimos, pero su actividad se ha visto muy reducida al verse afectado de manera indirecta por esa propia situación de bares, restaurantes y alojamientos, y por las limitaciones de horario y movilidad a la que está sometida la población. A lo que hay que unir el imparable crecimiento de las compras online, como explica Xabier Olabarrieta, doctor en Economía y Empresa de la UPV/EHU. Un paseo por las calles de cualquier localidad permite observar cada vez más locales vacíos que se alquilan o se traspasan.

Sin turismo en Donostia

"El cierre perimetral ha disminuido el consumo en Donostia porque ha impedido venir a guipuzcoanos y franceses", un público habitual en el comercio donostiarra, explica Iñigo García, gerente de San Sebastián Shops. "También se ha notado mucho la bajada del turismo y el cierre de la hostelería", añade. Según datos facilitados la pasada semana, la facturación del comercio donostiarra se reparte entre el propio cliente local, responsable del 52% de las compras, seguido del procedente del resto de Gipuzkoa, especialmente Donostialdea (25%), y los turistas (22%). Son datos anteriores a la pandemia, pero que ofrecen una idea de la reducción en la actividad que han podido sufrir las tiendas de Donostia, "especialmente las del centro y la Parte Vieja", especifica Iñigo García: "Los barrios no están tan perjudicados".

"Salvar la Navidad" es la expresión en boca de todos y todas, lo que no sirve para "salvar el año": "No nos podemos comparar con otros años. Y, si la Navidad no es buena, la cuesta de enero será más dura de lo habitual, pero confiemos en que la cosa vaya mejor el año que viene".

Las ventas por Internet aumentaron en el confinamiento de primavera y es una tendencia que se sigue notando: "Todo el comercio pequeño no puede estar en Internet, las ventas en red deben ser un apoyo a lo físico". Y la solución no es sencilla: "La gente joven está habituada ya a comprar en Internet. Tenemos trabajo para que esa gente valore lo que es consumir en la propia tienda".

Esta situación hace que haya "miedo" al cierre en el pequeño comercio donostiarra. "A ver cómo va la Navidad y cómo arranca el año, cómo va la vacuna... y si esto no vale, se llevará algunos negocios", reconoce Iñigo García. De hecho, el 23% de los comercios de Donostia temen tener que cerrar a medio plazo debido a las consecuencias de la pandemia, porcentaje que aumenta hasta el 38% entre las tiendas de la Parte Vieja: "Esto se puede llevar por delante muchos negocios y no olvidemos que supone puestos de trabajo, además de imagen de ciudad. La esperanza es aguantar y en algún momento de 2021 volver a la normalidad".

Eibar y el cierre perimetral

Eibar, otra de las localidades guipuzcoanas con más comercio, no está tan afectada por la falta de turismo, pero sí por un cierre perimetral que le ha quitado buena parte de su clientela. "La estructura comercial de Eibar está pensada para una zona más amplia y abarca alrededor de 100.000 habitantes (Ermua, Elgoibar, Soraluze, Mallabia, Elgeta, Mutriku, Deba, Ondarroa, Bergara, Antzuola...). No tenemos cifras, pero el cierre perimetral ha afectado muchísimo", señala Vanesa Torre, presidenta de la Asociación de Comerciantes de Eibar.

Dentro de los comercios, unos se están viendo más afectados que otros por la situación de la pandemia, tal y como explica Leire Ojanguren, técnica de la oficina de comercio de Eibar: "Los dos subsectores que más gente de fuera de aquí atraen son el equipamiento de la persona (ropa, productos de belleza...) y la hostelería". De hecho, y esto sí lo tienen medido, el 90% de la gente que va a Eibar lo hace para comprar ropa y el 73%, para consumir en hostelería. "Comprar ropa, por ejemplo, está muy ligado a hacer vida social", añade Vanesa Torre: "La ropa de deporte se ha mantenido y el sector del hogar ha ido bien, porque al estar más tiempo en casa la gente ha detectado necesidades". Hablar, por tanto, de salvar el año es complicado en líneas generales: "Algunos sí y otros no, porque hay diferencias entre un tipo de comercios y otro".

Las compras por Internet son el otro caballo de batalla actual. "Vender por Internet para el pequeño comercio es complicado. Hemos lanzado un proyecto de digitalización, pero no podemos competir contra Amazon. Ni podemos ni debemos. Lo que hay que hacer es potenciar el empleo de calidad y que la persona contratada tenga un sueldo acorde", señalan.

Desde la Asociación de Comerciantes de Eibar solo piden que la pandemia "acabe cuanto antes" para poder hacer "una vida normal": "Hasta que no pase esto...". Porque considera Vanesa Torre que la palabra reinventarse, tan sobada, ha perdido el sentido: "Siempre lo hacemos. La palabra está muy bien, pero no es fácil. ¿Reinventarse? ¿Hacia dónde? ¿Cómo? La única solución es que acabe esto, porque ahora no estamos en confinamiento, pero para algunos comercios, casi". Ante este panorama, reconoce que hay peligro de cierre en el pequeño comercio: "Venimos de una época que no es fácil, así que habrá comercios que tendrán que cerrar".