Los vascos solteros se casaron el año pasado con una edad media de 37,7 años y las mujeres a los 35,7, lo que suponen las edades medias más elevadas desde que se publican estadísticas en Euskadi.

En los últimos 25 años, la edad media de los recién casados ha aumentado en 8,1 años y se ha mantenido estable la diferencia de dos años entre hombres y mujeres.

En 2019 se constató también que cada vez se celebran menos matrimonios, 7.471, lo que supone un 3,7 % menos que el año anterior. Si solo se consideran los matrimonios entre residentes en la comunidad autónoma y entre personas de diferente sexo esta cifra baja hasta los 7.265, es decir, 285 bodas menos que el año anterior.

La tasa de nupcialidad vasca también alcanzó su mínimo histórico, con 3,2 matrimonios por cada mil habitantes, cifra inferior a la española (3,5) y a la de la Unión Europea que, en 2017, último dato disponible, ascendía a 4,4 por cada mil habitantes.

La mayor presencia de personas divorciadas, producto de rupturas matrimoniales anteriores, ha hecho que el porcentaje de estas en el conjunto de los matrimonios haya aumentado desde 2005: entre los esposos un 68,9 %, hasta alcanzar los 1.044, y un 62,6 % entre las esposas, que llegan a 1.003.

Aumentan las bodas civiles

Las bodas civiles siguen aumentando y fueron ya casi 9 de cada 10 matrimonios heterosexuales, un 2,2 % más que el año anterior. En 1990 las bodas civiles solo suponían el 23 % del total, ha informado este jueves el Instituto Vasco de Estadística-Eustat.

Los destinos preferidos de las 369 parejas que fijan su residencia fuera de la comunidad autónoma tras contraer matrimonio son las vecinas Cantabria y Navarra, además de Madrid como gran polo de atracción. Las parejas casadas en Álava se asientan en Burgos y La Rioja, junto con Madrid; las de Bizkaia se encaminan mayoritariamente a Cantabria y a Madrid, y las de Gipuzkoa a Navarra y Madrid.

En cuanto a la nacionalidad de los contrayentes, en 1.485 matrimonios (el 20,4 % del total) al menos uno de los cónyuges es extranjero, con un aumento del 19 % respecto al año anterior; en el 45,7 % de estos matrimonios la esposa es la que tiene nacionalidad extranjera, en el 20,6 % el esposo y en el 33,7 % restante ambos cónyuges son extranjeros.

En el caso de matrimonios en el que solo la mujer tiene nacionalidad extranjera, el 72,6 % corresponde a un país americano (principalmente Colombia y Nicaragua), seguido por el 17,8 % que es de nacionalidad europea (especialmente Rumanía y Ucrania).

Si solo es el hombre el de nacionalidad extranjera, esta se reparte entre los países americanos (38,2 %), entre los que destacan Argentina y Colombia, entre otros, y los europeos (33,3%), principalmente Portugal.

Entre los matrimonios donde ambos cónyuges son extranjeros, la mayoría tiene nacionalidad americana, aunque el porcentaje es mayor entre las mujeres (70,7 %) que entre los hombres (65,3 %). El segundo continente de nacionalidad es el africano, con el 19,8 % de los hombres y el 18,2 % de las mujeres.

Bodas en viernes

El gran aumento de las bodas civiles, unido al hecho de que, a partir de 2009, prácticamente la mitad de ellas pasaron a celebrase en viernes, junto al importante descenso de los enlaces religiosos, ha tenido como resultado que, desde 2017, en Euskadi se hayan celebrado más bodas en viernes que en sábado. Así, en 2019 la proporción es de 45,6% frente a 35,4%.

En los matrimonios que fijan su residencia en Gipuzkoa no se produce esta situación, aunque por muy poco, ya que el 39,3% se casa en viernes y el 40,2% en sábado.

En Araba los matrimonios contraídos en viernes son mayoritarios al alcanzar el 52% por un 34,2% de los sábados. En Bizkaia también es mayor el porcentaje de bodas celebradas en viernes, con un 49%, pero las celebradas en sábado suponen menos que en los otros territorios (31,8%), debido a que el peso de las celebradas en jueves es mayor.