res semanas después del estreno del primer episodio de Alardea, la miniserie de ETB1 libremente inspirada en los conflictos de los alardes de Irun y Hondarribia, la ficción en euskera ha despertado opiniones de todo tipo en la comarca del Bidasoa. No es de extrañar; la serie hace menciones explícitas a Irun y Hondarribia, muestra imágenes de sus fiestas y las características del Alarde de Uriola (el municipio ficticio en el que sucede la acción en el audiovisual) son muy similares a los desfiles bidasotarras, especialmente al de Hondarribia.

A pesar de todo, Alardea no es un documental, ni pretende serlo. En ese sentido, su director, David Pérez Sañudo, explicó durante la presentación de la miniserie en el Zinemaldia que el marco de ficción desde el que se abordó el audiovisual le permitió "hablar con mucha relajación y con mucha libertad de asuntos universales, como es, por ejemplo, la idea de la tradición opuesta al progreso y a nuevas ideas", al tiempo que reconocía "la intensidad" con la que se viven estos debates en el territorio.

Casi como si las palabras del director fueran una premonición, las reacciones en los municipios interpelados por la ficción están siendo realmente intensas. Aunque por el momento ETB1 solo ha emitido tres de los cuatros capítulos que componen la miniserie, cuatro bidasotarras han accedido a dar su opinión a este diario sobre lo que por ahora se ha podido ver de Alardea.

Para Ana Aguirresarobe, cantinera en 2019 de la compañía Ama Shantalen del Alarde tradicional de Irun, el que la serie se haya planteado desde la ficción no es más que una excusa que ha concedido a sus creadores "la libertad para contar un relato parcial que favorece a una de las partes". Y es que la protagonista de Alardea, Amaia (Itziar Ituño), es parte de una asociación que aboga por la participación de la mujer en el desfile y la narración está planteada desde ese punto de vista. Además, la irundarra reprocha el hecho de que, aunque el audiovisual se haya desarrollado como ficción, "en ciertos momentos utiliza imágenes que no lo son", en concreto, de los alardes de Irun y Hondarribia. Es por eso que Aguirresarobe considera que "una vez más se ha utilizado la televisión como un instrumento de propaganda en lo referente al Alarde".

En cambio, la hondarribiarra Noema García cree que por el momento la serie sí que ha reflejado "diferentes posturas", así como "los sentimientos de ambas partes y de diferentes generaciones". García lleva nueve años participando como soldado en la compañía Jaizkibel de Hondarribia, que defiende la igual participación de hombres y mujeres en el desfile, y duda de hasta qué punto la miniserie va a poder reflejar "lo vivido por las familias en estos 25 años".

Por su parte, Ibai Lazkanotegi, de 21 años y soldado del Alarde de Hondarribia, reconoce que, aunque él no vivió el origen del conflicto, muchas de las cosas que ocurren en Alardea le parecen "surrealistas". "Hay demasiadas situaciones exageradas, las connotaciones negativas que se nos atribuyen a los defensores del Betiko son extremas y el ritmo de la acción es muy acelerado para poder contarlo todo en solo cuatro episodios", argumenta Lazkanotegi, que al igual que Aguirresarobe no cree que la serie muestre las dos versiones del conflicto.

En el extremo opuesto, David Grijalba, soldado del Alarde mixto de Irun, opina que las situaciones que Alardea plantea "ocurrieron realmente" y que "son ejemplos expuestos clara y fielmente". Esas situaciones, afirma Grijalba, "se dieron en esos ámbitos, en el hogar, en el trabajo, en la calle, en el ámbito social, pero con más intensidad aún" de la que propone la serie. En ese sentido, Grijalba cree que el clímax del realismo en el audiovisual llegará en su último capítulo, cuando la pasión, "la hemoglobina", como él la llama, "entre en escena".

Herramienta u obstáculo

¿El diálogo como fin?

Cuestionada sobre si considera que Alardea servirá para impulsar el diálogo entre los alardes tradicionales y los sectores que defienden la participación igualitaria de hombres y mujeres en los desfiles, Aguirresarobe contesta que es imposible promover conversaciones "contando verdades adaptadas a una opinión y manipulando el relato de la otra parte". De igual forma, Lazkanotegi no cree que la serie pretenda solucionar ningún conflicto, sino captar audiencia.

No obstante, García no espera que la ficción vaya a ser un obstáculo para el diálogo o, al menos, no le gustaría que lo fuese. "Quizá necesitemos que se nos cuenten las cosas desde diferentes puntos de vista para que gente que no ha vivido ciertas cosas en primera persona pueda llegar a entenderlas", argumenta esta hondarribiarra. Para Grijalba, todo dependerá "de que ninguna de las dos partes se sienta ofendida ni culpabilizada", si bien cree que "a estas alturas el sector tradicionalista ya está afilando sus sables".

En cuanto a su reacción como espectador, Grijalba admite que observar algunas de las escenas del audiovisual "remueve zonas delicadas de los recuerdos", mientras que García no cree que "a nadie le guste que su pueblo sea conocido por un conflicto que lleva tantos años abierto y en los que no se ha podido encontrar una solución".

A Lazkanotegi, el que la serie plantee que las dos posturas son irreconciliables le da rabia. "Yo el Alarde que vivo es el tradicional, pero en mi casa somos dos y dos y no hemos tenido problemas. Es cuestión de respetar al otro", expone el hondarribiarra. Finalmente, Aguirresarobe se siente decepcionada por un producto que "se ha vendido como de gran calidad": "Siendo consciente de que la realidad ha sido tan distinta a lo que se ve en la serie, que no refleja lo vivido en Irun y Hondarribia, no ha conseguido que me enganche".

El desenlace de Alardea llegará el próximo miércoles, a las 22.30 horas en ETB1, y será entonces tarea de cada cual dilucidar si la realidad supera a la ficción o viceversa.

Para el director David Pérez, el marco de ficción ha permitido a 'Alardea' "hablar con mucha relajación de asuntos universales"

"La ficción ha sido una excusa para elaborar un relato que favorece a una de las partes"

Cantinera del Alarde tradicional de Irun

"Quizá necesitemos que se nos cuenten las cosas desde distintos puntos de vista para entenderlas"

Soldado de la compañía Jaizkibel

"Hay cosas que plantea 'Alardea' que me parecen surrealistas, es un relato exagerado al extremo"

Soldado del Alarde de Hondarribia

"Las situaciones que muestra la serie ocurrieron realmente, son ejemplos claros y fieles"

Soldado del Alarde mixto de Irun