- Pese a la urgente necesidad de atención humanitaria que requieren las más de 12.000 personas migrantes y refugiadas que siguen a la intemperie en la isla griega de Lesbos -tirados desde hace días en las carreteras- parece que la reubicación en el nuevo campo de Kara Tepé, tras el trágico incendio en Moria, se resuelve a paso demasiado lento. El realojamiento de estas miles de personas en el nuevo terreno con carpas provistas por Acnur continuaba ayer con desesperante lentitud, ya que en las primeras 24 horas solo unas 200 personas han sido instaladas en las tiendas.

El proceso se arrastra no solo porque cada persona que ingresa en este nuevo campo debe registrarse a la entrada, sino porque antes de poder entrar en la carpa que se le asigna debe someterse a una prueba rápida de COVID-19.

El ministro de Migración, Notis Mitarakis, señaló desde el nuevo recinto que hasta el mediodía de ayer se habían detectado siete casos positivos de entre las 200 personas registradas. De estos siete, dos forman parte del grupo de 35 personas que habían dado positivo antes de que ocurriera el incendio en el campo de Moria y a las que se les perdió la pista tras la catástrofe. Todas estas personas son llevadas a una parte aislada del nuevo campo, donde deben permanecer en cuarentena.

La nueva instalación está situada a unos dos kilómetros de la capital de la isla de Lesbos, Mitilene, en un viejo campo de tiro del ejército, cerca del pequeño campo de Kara Tepé, erigido a comienzo de la crisis migratoria en 2015 para acoger a los grupos más vulnerables y a enfermos.

Las condiciones en este campo están lejos de parecerse al infierno que era Moria, que en sus peores momentos llegó a albergar a más de 20.000 personas. Entre los migrantes y refugiados hay muchos que no están dispuestos a aceptar que su destino va a seguir siendo vivir en un campo en Lesbos, y en los últimos días ha habido varias protestas en las que pedían “libertad”, “salir del infierno” y poder abandonar la isla.

Según los medios locales, ayer por la mañana llegaron al puerto de Lesbos cinco nuevos escuadrones de antidisturbios, más camiones de la policía y varios vehículos blindados.

Ante esta crítica situación Izquierda Unida ha instado al Gobierno español a defender en la Unión Europea (UE) una política solidaria y de acogida. Se debe defender, señala Izquierda Unida, que se facilite con urgencia el acceso y la atención (médica, alimentación, etc.) de las ONG a los refugiados de Moria y que se active la directiva que recoge el mecanismo para la reubicación de migrantes y refugiados cuando los flujos migratorios son excesivos, que no se ha utilizado desde su creación en 2001.

Llamamiento del Vaticano. El papa Francisco clamaba ayer por “una acogida digna” para los inmigrantes y refugiados del campo de Moria en Lesbos (Grecia). “En los días pasados varios incendios han destrozado el campo, dejando miles de personas, de refugiados, sin ni siquiera un refugio”, manifestó Francisco tras el rezo del ángelus. El pontífice pedía a las altas esferas de la política que “escuchen la voz de sus ciudadanos (en las protestas por el mundo) y sus justas aspiraciones, siempre respetando los derechos humanos y las libertades civiles”.