- El Gobierno Vasco solo prevé el cierre de centros educativos en caso de que se registre "una transmisión comunitaria no controlada en el centro con un número elevado de casos". Se puede ordenar el cierre de un área del centro, como el comedor, o de todo el centro. Eso sí, serán cierres temporales. Esta es la medida de control más extrema del plan de respuesta ante la aparición de un brote en un centro educativo, tres o más casos de infección activa en los que se ha establecido un vínculo epidemiológico.

La clausura de colegios parece harto improbable ya que el Departamento de Salud ha proyectado distintos escenarios en el ámbito escolar, desde el aislamiento de los positivos al el cierre de un aula y de una línea completa que actuarían de cortafuegos, ayudando a controlar la propagación del virus en las instalaciones.

Así se recoge en el Protocolo complementario de actuaciones ante el inicio del curso 2020/2021 que presentó ayer la consejera de Educación, Cristina Uriarte, arrojando luz a uno de los puntos que más inquieta a la comunidad educativa. Uriarte también confirmó el uso obligatorio de mascarilla obligatoria a partir de los 6 años (1º de Primaria), así como las fechas concretas del comienzo escalonado del curso: el 7 de septiembre arrancarán las clases en Infantil, Primaria y primero y segundo de la ESO, y el 15 de septiembre en tercero y cuarto de la ESO y Bachillerato.

Por otro lado, la consejera avanzó la intención del Departamento de Educación de contratar a 1.000 docentes adicionales para aquellos centros cuya ratio de estudiantes por aula sea superior a la media. Educación responde así a una de las principales demandas del sector.

Estas fueron las principales novedades de la esperada comparecencia de Uriarte, que eligió el día de ayer para hacer público su protocolo tras ser adaptado a la actual situación epidemiológica, que es mucho peor que cuando redactó el plan original en junio. Por primera vez, el documento recoge pormenorizadamente qué, cómo y con qué recursos van a contar los colegios e institutos para hacer frente a un contagio. El texto señala que todos los centros participarán en la detección precoz de los casos sospechosos, su aislamiento y la identificación de los contactos estrechos para facilitar el rastreo y apoyar su seguimiento.

Además de contar con una persona responsable de los temas relacionados con el COVID-19, cada centro tendrá una Organización Sanitaria Integrada (OSI) de referencia que se encargará de coordinar sus necesidades asistenciales y comunicarlas a Salud Pública. A cada centro se le asignará un número de contacto. Si se confirma algún caso, la dirección se pondrá en contacto con la red de vigilancia, que establecerá un coordinador de la OSI de referencia y le indicará las pautas a seguir. El documento pauta que hasta la obtención del resultado diagnóstico de un caso sospechoso "no se indicará ninguna acción sobre los contactos estrechos y la actividad docente continuará de forma normal, extremando las medidas de higiene".

Si se confirma un positivo arranca la maquinaria de rastreo de contactos dentro y fuera del centro para identificar a los contactos estrechos hasta ponerlos en cuarentena. A efectos del centro se considerará contacto estrecho a todas las personas pertenecientes al grupo estable de convivencia, es decir, de los grupo burbuja que se formarán hasta 2º de Primaria. Si el caso confirmado no pertenece a una de estas burbujas, la dirección del centro y el coordinador de prevención de riesgos comenzarán el rastreo.

Para posibilitar que el proceso sea rápido y más sencillo, se recomienda que cada centro recoja de forma organizada y fácilmente accesible a través de una base de datos toda la información sanitariamente útil de su alumnado: relación de estudiantes de cada grupo burbuja; relación de estudiantes de cada aula, taller, laboratorio, dónde se sientan, valoración de riesgo de las actividades con mayor contacto o proximidad y sus teléfonos de contacto. También se pide hacer un listado del alumnado de los turnos de comedor y si es posible conocer la posición, procurando que siempre ocupen el mismo lugar. Lo mismo en el autobús y en el caso de que se organicen extraescolares, aunque no se recomienda a principios de curso.

Con ese listado de contactos, el servicio de Salud Pública ya puede comenzar con el rastreo. El protocolo señala que el Servicio de Salud Pública y prevención de riesgos laborales valorarán si el profesorado y el personal del centro debe ser considerado contacto estrecho, dependiendo de su actividad y medidas de prevención. Una vez estudiados los contactos y establecidas las medidas de cuarentena para más estrechos, las actividades docentes continuarán de forma normal.

¿Y qué pasará si aparece más de un caso? El protocolo elaborado conjuntamente por los departamentos de Educación y Salud también contempla este supuesto. Se han dibujado tres escenarios: brotes controlados o esporádicos, brotes complejos o transmisión comunitaria esporádica y el último, y más grave, la transmisión comunitaria no controlada que implicaría el cierre "temporal" del centro.

Considerando que un brote es la agrupación de tres o más contagiados con relación estrecha, el texto indica los escenarios que pueden ser "muy variables". Los brotes controlados se puede dar en un único grupo o, simultáneamente, en varios grupos de convivencia estable que sean independientes. En tal caso se procederá "al aislamiento de los casos e identificación y cuarentena de los contactos de cada grupo o aula independiente". Se determinará que el brote es complejo cuando la cadenas de transmisión no se pueden identificar con facilidad o aparecen diversas ramificaciones, con más de una generación de casos. Esta situación responde a la detección de casos en varios grupos o aulas con un cierto grado de transmisión entre distintos grupos independientemente de la forma de introducción del virus en el centro escolar. En este caso "se valorará la adopción de medidas adicionales como la ampliación del grupos que debe guardar cuarentena, cierre de aulas o líneas". Y transmisión comunitaria es cuando el brote está fuera de control y hay un número elevado de casos. En esta situación, el Servicio de Salud Pública realizará una evaluación de riesgo, analizando dónde se producen los procesos de transmisión, para considerar la necesidad de escalar las medidas, valorando, en última instancia, "el cierre temporal de un área del centro (por ejemplo, el comedor) o de todo el centro educativo".

Estas circunstancias epidemiológicas pueden darse en uno o varios grupos de convivencia estable, pertenecientes a una o más de una línea. La implementación de las medidas para el control de estos brotes se realizará de forma proporcional al nivel de riesgo definido por el tipo de brote definido.