- Comienza hoy una nueva etapa para Euskadi en este largo peregrinar con el COVID-19, que sigue dando sobradas muestras de su extraordinaria facilidad para expandir su carga viral. El Gobierno Vasco recupera hoy la declaración de emergencia sanitaria, una medida de carácter extraordinario ante una crisis que supone un hito histórico por su gravedad, consecuencias y prolongación en el tiempo. Se activa esta medida tras constatar un día más un aumento desbocado de contagios. Nada menos que 610 positivos en las últimas horas, el tercer registro por PCR más alto desde el inicio de la pandemia en la CAV. En Nafarroa también se ha registrado la cifra más elevada desde que comenzó la llamada nueva normalidad, con 160 casos positivos, al tiempo que las infecciones en Gipuzkoa se han disparado hasta los 104 contagios, frente a los 64 notificados el sábado.

Ante esta compleja coyuntura socio sanitaria, el lehendakari Iñigo Urkullu asume a partir de ahora el mando único, con la urgencia de reconducir esta situación, adoptando todas las medidas necesarias para contener el virus, lo que va a implicar de nuevo un esfuerzo extraordinario, tanto a cada persona como a cada familia o a cada empresa. El objetivo prioritario sigue siendo no colapsar el sistema sanitario dentro de una espiral tan compleja como volátil.

De hecho, Bizkaia y Araba, según el último balance, contienen el número de contagios pero es esta vez Gipuzkoa la que enciende todas las alarmas. El territorio vizcaino suma en las últimas horas 370 positivos (ocho menos que en el anterior boletín), mientras que Araba registra un total de 130, es decir, cuatro más. Destaca, sin embargo, el crecimiento exponencial registrado en Gipuzkoa, con 40 casos más en apenas 24 horas, que guardan relación directa con el foco detectado en Azpeitia.

La gravedad de la situación en la CAV queda fuera de toda duda, y vuelve a imponerse la necesidad de dar un paso al frente ante la extensión de la enfermedad. El Gobierno Vasco, que comenzará a desgranar a partir de mañana las nuevas medidas, es consciente de que se vuelve a pedir a la ciudadanía un nuevo esfuerzo.

Está contemplada la restricción de aforos, la limitación a las agrupaciones de personas y de horarios de hostelería así como la adaptación del transporte público en horario nocturno. Las nuevas directrices se deberán concretar en las próximas horas.

La activación del Plan de Protección Civil de Euskadi, LABI, permite articular estas medidas, entre las que por el momento queda descartado un confinamiento generalizado que sí puede producirse en zonas concretas, como barrios o calles, que resulten especialmente afectadas por la transmisión del virus. Seguirá siendo imprescindible, en todo caso, el compromiso de cada persona para preservar la salud pública y ayudar al colectivo de personas más vulnerable.

Los nuevos datos no dejan de ser preocupantes a este respecto. En los hospitales vascos han ingresado 18 nuevos enfermos por COVID-19 y 14 están en las UCI (uno más que el día anterior). Salud no detalló ayer cuántas personas permanecen hospitalizadas, ni tampoco la información relativa a los municipios.

Datos que actualizarán hoy, el mismo día en que el Boletín Oficial del País Vasco publica la triple normativa que declara la situación de emergencia sanitaria y activa el Plan de Protección Civil de Euskadi (LABI), cuya dirección y coordinación asume el lehendakari.

Nadie está en condiciones de asegurar ahora mismo a ciencia cierta cómo será el escenario tras el verano. Por lo pronto se conoce el pasado más reciente, que fue desolador durante los meses más comprometidos de la pandemia. Las instituciones han adaptado todos sus recursos a la nueva situación, tras recoger el legado de la dura experiencia vivida.

Las instituciones aprietan los dientes y perfilan un sistema de trabajo para no repetir meses "dramáticos", como los que se vivieron entre los usuarios de residencias de Gipuzkoa, que se convirtieron en la población diana de la pandemia, cobrándose la vida de 167 residentes en los centros del territorio. El viernes se conoció el fallecimiento de una anciana de 90 años con patologías previas, el primer deceso de esta segunda oleada que no se presenta por el momento tan virulenta, pero que exige la máxima atención. Basta recordar la dramática situación que se vivió en Gipuzkoa entre el 12 y el 19 de abril, cuando hubo que lamentar quince personas fallecidas y 314 positivos.

El virus de entonces sigue siendo el mismo, y son muchos los frentes abiertos ante esta compleja tesitura. Uno de ellos es el regreso a las aulas, para lo cual tan solo quedan tres semanas. Educación baraja que el nuevo curso arranque de forma presencial el 7 de septiembre en todos los ciclos con 400.000 estudiantes y 28.000 profesionales. La mascarilla será obligatoria cuando no se guarde la distancia de metro y medio.

En caso de que la pandemia empeore y haya que pasar a un segundo escenario, se contempla un modelo híbrido con clases presenciales y a distancia, priorizando la asistencia del alumnado de Infantil, Primaria y Educación Especial. Hay padres y madres que han manifestado sus dudas con respecto a las instrucciones recibidas por la consejería de Educación. Entienden que son poco concluyentes.

En cierto modo, reina un principio de incertidumbre que también afecta a parte del profesorado, tras vivir un final de curso de auténtico frenesí tecnológico.