- "Estábamos en un sitio que no conocemos (Donostia), a ciegas, con lo puesto...; nos dijeron, veníos, que no sabemos si va a salir,. Psicológicamente es muy duro, te dan ganas de ir y agarrar a alguien del cuello. Me acuerdo salir de la UCI, con mi padre muy malito, y leer en el periódico que estaba bien, estable; hombre, querrían decir que no se estaba muriendo en el acto", lamenta Arantxa, la hija de Antonio, el operario que cayó de la cubierta de Anoeta durante las obras y al que operan este martes en Valencia.

Acudieron desde Paiporta, en Valencia, a ver a su padre, ingresado en el Hospital Donostia. "Llorábamos con las enfermeras de la UCI, porque no teníamos a nadie más. Estábamos dos personas solo y no vas a descargar con quien tienes al lado para que se ponga peor. Ahora hay que verlo, está muy mejorado; antes ni comía y ahora se come lo de otros", bromea Arantxa.